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Por Amelia Rodríguez.
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“Aprovechando la hermosa jornada sabatina pasada, después de haber presenciado las prácticas de equinoterapia a cargo del Prof. Ernesto Ochoa, decidimos ir a la Plaza del Pueblo San José.
Todo el paseo fue una gran sorpresa. Hacía varios años que no recorría las calles de San José-lugar donde nacieron y fueron bautizados algunos de mis nietos mayores.
Al dejar la avenida Alemanes del Volga el asfalto realza la prolijidad de las veredas con el pasto correctamente mantenido, sin papeles ni hojas secas propias de la época otoñal.
Al llegar a la Plaza ¡qué decir!
Un predio bien cercado y con muchas farolas. Adentro canteros de hermosas rosas, otros con corto césped contrastando con el rojo del polvo de ladrillos de algunos, separados por suficientes pasillos de cemento.
Siguiendo el recorrido la impecable calesita, hamacas, juegos para convencionales y discapacitados, el puente flotante, el escenario, hasta llegar al lugar para adultos mayores.
Aquí muchos abuelos jugando al tejo en las dos canchas habilitadas al efecto, mientras otros mateaban en rueda de amigos.
Mientras mis nietitos disfrutaban de los juegos yo pensaba en lo que siempre parece una utopía: la plaza incluida. Aquí en San José es una realidad.
Felicitaciones a la Delegación Municipal en particular y a los vecinos de San José en general por el amor a su tierra y a su gente puesto de manifiesto en la conservación de sus calles, veredas y sus lugares públicos.
Que muchos pueblos imiten su accionar
Amelia Rodríguez de François
[email protected].