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UTICRA Coronel Suárez confirmó la medida.
Estado deliberativo y quite de colaboración en todas las empresas de calzado del país.
Hoy se movilizan al Ministerio de Trabajo de la Nación en Buenos Aires.
Reclaman salario digno y acorde a las necesidades básicas del trabajador y su familia.
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La Delegada de UTICRA de Coronel Suárez, Mariela Holzman, dio a conocer la medida adoptada a nivel nacional, señalando que “los trabajadores del calzado nos ponemos de pie y la industria no podrá pisotear nuestros salarios”.
En tal sentido, se difundió una solicitada que aparece publicada en los principales medios nacionales, que señala:
“Nuestro Sindicato declara el estado de alerta y movilización ante la intransigencia de las cámaras empresariales de la industria que no respetan nuestro convenio colectivo ni la ley de contrato de trabajo, intentando avasallar nuestros derechos laborales, mientras ofrece aumentos salariales que no nos permite mejorar nuestro poder adquisitivo.
En este sentido, los trabajadores hemos decidido no discutir incrementos salariales basándonos en la imposición de determinados porcentajes de aumento, ya que ese debate nos impide establecer ingresos mensuales que nos asegure mejorar realmente nuestros ingresos, de manera acorde con el crecimiento de nuestra productividad.
Los propios empresarios han reconocido que la productividad del trabajador argentino es marcadamente superior al de la industria del calzado de China o del mismo Brasil, hecho que se resignifica a partir que nuestra tarea es considerada mano de obra intensiva, con elementos propios de lo artesanal.
Aún así, si bien la participación en la renta nacional del salario en general asciende al 39,6%, en la actividad del calzado es sensiblemente menor al 30%.
Incluso, aunque el Estado Nacional desarrolló políticas muy claras para favorecer la producción local, instrumentando un plan estratégico para la industria del calzado, otorgando subsidios y créditos blandos; las cámaras del sector mantienen una informalidad laboral cercana al 40%, con un uso indebido de la terciarización de tareas, en donde se eluden todas las protecciones de cobertura social y encuadramiento gremial.
Más aún: muchas de las empresas que recurren a los denominados talleres a domicilio, para generar gran parte de su cadena de producción, se amparan en la figura comercial de contratación de proveedores de productos o servicios, cuando en verdad sólo se proveen de mano de obra a través de establecimientos cuasi clandestinos, que en gran número condenan a sus empleados a condiciones de explotación laboral, cercanas a épocas de esclavitud.
Los empresarios del calzado están traicionando así el compromiso de desarrollar una producción industrial fuerte, ignorando el esfuerzo diario que sus trabajadores realizan para el crecimiento de la actividad.
Como lo hicimos en los años ’90, para enfrentar el desenfrenado proceso importador, como lo hicimos el 18 de diciembre de 2001, cuando nuestra actividad estaba devastada en un 70%, hoy los trabajadores del calzado nos volvemos a poner de pie, para no dejar pisotear nuestros salarios y hacer cumplir la leyes que rigen el contrato de trabajo”.