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Apasionada profesora de Historia.
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Ingresó a trabajar el mismo día en la Escuela Técnica y en el Colegio Nacional, al día siguiente de haber obtenido el flamante título de profesora, con especialidad en Historia.
Tenía entonces 21 años de edad, con toda la juventud, el empuje y el entusiasmo de quienes querían aportar lo suyo para cambiar el mundo o por lo menos el entorno en el que le tocaba accionar.
Nunca perdió ese entusiasmo por contar la historia, por transmitir a los alumnos la importancia de conocer nuestro pasado para comprender el presente y proyectar un mayor futuro.
Realmente esto podía observarse en sus clases, presentadas a viva voz, con todo el apasionamiento.
Con la misma fuerza tomó un cargo directivo en la Unidad Académica, el que cumplió también hasta el día de ayer, cuando llevó adelante el último día de trabajo.
No ha sido fácil para esta calificada profesora transitar estos últimos días en la escuela que confiesa fue no solo su segundo hogar, sino muchas veces estuvo en el primer lugar, quitando tiempo a la casa, la familia, los hijos.
Es que cuando proyectó la jubilación el 31 de marzo parecía muy lejos, pero el almanaque corre implacable, pasando los días y presentando el interrogante de cómo completar ahora el tiempo que queda libre.
En consecuencia estos últimos días en la escuela fueron para la profesora Liliana López de intensa emoción, de lágrimas que se escapaban fácilmente. Ayer recibió el cariño de profesores colegas y amigos que se acercaron a saludarla.
Resta todavía el acto oficial de despedida que la Unidad le hará en fecha próxima.
La profesora Liliana López se quedó con toda la emoción por la partida, pero en definitiva con la convicción que hizo su trabajo con compromiso, entusiasmo y plena responsabilidad.
Ejemplo cada vez más escaso en la sociedad de hoy en día.