Imprimir Página | Volver a página de inicio

Andrea Pérez, enfermera de la Neonatología.
“Esta profesión genera mucho estrés pero también una enorme felicidad”.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Mamá de dos niños, enfermera desde hace 21 años, actriz de teatro lugareño en sus ratos libres, hija, esposa, nuera, amiga.
Andrea Pérez cumple muchos roles como mujer, pero el que trasciende las fronteras de su hogar y su entorno familiar es el que le encuentra cada mañana, desde hace muchos años, en el área de Neonatología del Hospital Municipal.
Pertenece al equipo de enfermeras –a pesar de su juventud- que se formó desde la primera hora con las enseñanzas que fue haciendo el Dr. Osvaldo Azpilicueta y que logró un grupo muy capacitado y profesional que se desempeña en el servicio.
La vimos en la mañana de ayer, luego que terminaran de pasar dos días muy complicados, ya que están internados dos pequeños pacientes que requieren una especial atención por los cuadros difíciles que presentan.
Estas jornadas le traen el recuerdo de otras vividas, por ejemplo en el año 2009, donde había tomado bajo su responsabilidad la atención de una niña que había nacido de 28 semanas y que estuvo muy grave y con peligro de vida.
Esta niña, que ahora está bien, cuyos padres de Necochea envían a través de la web fotos para mostrarles al equipo que la cuidó como va creciendo, compartió días de internación con otro niño, Valentín, de la ciudad de Pigué, que también está muy bien y adelantando cada día. Irremediablemente los recuerdos se agolpan para traer de la memoria los diferentes casos que han estado bajo su cuidado, como integrante de un compacto equipo de médicos y enfermeras que trabajan en el área.
“Ahora he aprendido a proponerme cada día, en tomarme un segundito, un minuto para hablar con los papás, que suelen esperar afuera de la Neo que sus hijitos recién nacidos se pongan bien. Los médicos dan el parte correspondiente y nosotros, las enfermeras, a veces podemos, con una frase simple, cortita, ir contándoles como pasaron la noche o el día sus niños. La simple acotación “estuvo tranquilo”, “durmió bien”, “no lloró”, “se está alimentando”, van poniendo palabras a los primeros días o meses de vida de un bebé, que en lugar de estar en los brazos de su madre está en una incubadora. Entonces, no solamente le prodigamos todos los cuidados al recién nacido, sino que es necesario este contacto con los padres, que les hace bien a ellos y también a nosotros. No se puede hacer una atención fría, técnica: la tarea profesional también incluye este contacto humano con los papás que esperan que sus hijos se pongan bien”.