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Los recuerdos de una directora que mucho trabajó para que la Escuela Nº 3 del Pueblo San José creciera.
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Su nombre completo es Teresa Larregain de Valea. Y aunque su apellido nada tiene que ver con los alemanes del Volga, dice como su marido Manuel, que quiere vivir lo que resta de su vida en Pueblo San José.
Sus nietos, cuando vienen de visita, no dejan de repetirles “abuelos nunca se vayan de la colonia”.
Teresa cuando era niña jugó hasta cansarse en la casa paterna, ubicada en la avenida Alsina, donde ahora funciona la vinoteca “Lo de Joaquín Alberdi”.
Las casas no estaban cerradas como ahora, los chicos jugaban y la vereda, y recuerda a la perfección como de una casa se pasaba a otra, como si a todas las uniera un gran patio.
Estudió de maestra en el Colegio San José, vivió después unos años en La Plata, hasta que se casó con Manuel Ángel Valea, y entonces, llegó la oportunidad de regresar a Coronel Suárez, para vivir en Pueblo San José.
Dio clases en muchas escuelas de la ciudad, hasta que por una suerte del destino tuvo la oportunidad de ejercer su profesión en la Escuela N 3.
De este establecimiento educativo fue docente unos años, y directora por espacio de 15 años.
“Para dar cabida al Jardín 910, cuya creación se posibilitó por la iniciativa de un grupo de personas –entre las que estaba mi marido- que fueron a entrevistarse con el Ministro de Educación de la Provincia, se habían desdoblado los grados de la primaria, por lo cual teníamos algunos años a la mañana y otros a la tarde”.
Teresa comenta que “Yo iba a la escuela en ambos turnos, porque si bien no era mi obligación, entendía que era mi responsabilidad. En esos años la escuela creció y mucho: llegamos a tener más de 100 alumnos. Se incorporó el servicio de comedor, pudimos conseguir todos los calefactores por contacto con el propietario de la firma Orbis. Y una tarde, fuimos con la señora de Marchetini, directora del Jardín a ver al escribano Moccero, para pedirle que nos pasara el gas que estaba en la vereda de enfrente. A la tarde siguiente estaban los obreros, rompiendo el asfalto para pasarnos el gas, lo que implicaba que ya no nos íbamos a morir de frío en las aulas, y que podíamos decirle adiós a los sabañones”.
Un grupo de docentes y directivos tan entusiastas como el que encabezó Teresa, es el que posibilitó el regreso memorable de Sergio Denis a Pueblo San José, el lugar donde vivieron sus abuelos, para brindar un recital a total beneficio de la escuela Nº 3.
Fue en el año 1987, en ocasión del centenario, en un recital al aire libre, en la cancha de Independiente.
La noche pareció asociarse y dejó un cielo tachonado de estrellas, y una temperatura agradable para que más de 4.000 personas disfrutaran de las canciones de uno de los hijos más queridos de su pueblo.
De los recuerdos de Teresa de Valea surge la posibilidad en el encuentro con nuestra entrevistada de revisar fotografías que la emocionan y comparte con La Nueva Radio Suárez para su diario Digital.