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“Como paciente que recibió la donación de un órgano quiero agradecer a estos padres que en el medio del dolor respetaron la decisión de su hija”.
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Para cerrar de una manera positiva una jornada periodística que fue bastante extraña, donde se mezclaron en forma continua las sensaciones de dolor, desazón, tristeza, donde hubo que remar esos mismos sentimientos con la resignación de que otras personas iban a tener oportunidad de una mejor vida a partir de la muerte inexplicable de una jovencita de 14 años, fuimos en busca del médico especialista en Ginecología Cristian Goya, que el 1º de noviembre de 2008 recibió un transplante de corazón y luego un autotransplante de médula.
Dijo al principio de la nota que “ante todo mis respetos para la familia de esta niña que se fue y que en realidad, con la donación de sus órganos, continuará su vida. Quiero hablar de ello no como doctor sino como paciente trasplantado. Creo que es muy importante el haber respetado su voluntad de donar órganos e implica una madurez muy grande de parte de esos papás que respetaron la decisión de su hija. A partir de una desgracia, de un hecho que sucede, empieza a brillar luz en otros lugares. Esa posibilidad de mejorar la vida de muchas personas que están aguardando de la solidaridad de terceros para tener una oportunidad de vivir”.
El Dr. Cristian Goya realizó expresiones con una visible emoción, en el medio de un ajetreado día de trabajo en su consultorio particular de la Avenida Hipólito Irigoyen. Él es sabedor, en carne propia, de lo que implica un gesto solidario de este tipo, en el medio del terrible dolor por la pérdida de un ser querido.
Habló también de lo mucho que se ha trabajado en las escuelas, desde hace dos años a esta parte, en torno a crear conciencia sobre la donación de órganos. “Creo que la susceptibilidad de que todos podemos estar en lista de espera hace que todo esto sea una realidad. No les pasa a otras personas, nos pasa a nosotros. La movilización que en torno a esto se ha dado de parte de los jóvenes es muy importante, como así también todo lo que hicieron los docentes y los directores. Todo ese trabajo hace que la muerte, que es un hecho dolorosísimo, pueda ser visto de otra forma: esto que sucedió no fue en vano y lo que está por venir para otras personas es muy bueno. Creo que lo que ha pasado hoy en Coronel Suárez es un punto de inflexión; esta gran madurez de los papás de respetar la decisión fue muy importante y es lo más rescatable de todo esto”, dijo Goya.