Imprimir Página | Volver a página de inicio

“Dios vino al mundo para que vivamos una vida diferente. Este es el misterio de la Navidad que no debemos perder de vista”.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Hay mucha actividad en estos días en la comunidad católica y especialmente en la Parroquia y las Capillas de la ciudad, ya que la feligresía se acerca en busca de la confesión y la preparación de la próxima Navidad.
Consultado el Padre Diego Kessler sobre estas fechas, dijo que “muchas veces tenemos, en torno a la Navidad, una apariencia en la cual el signo se ha vaciado. Celebramos el cumpleaños sin la persona agasajada, sin la presencia de Jesús. Hay un filósofo que decía que vivimos en un mundo ateo con signos cristianos. No deja de ser una fiesta tradicional que para muchas familias está desenmarcada de lo que realmente es”.
En busca de retornar al significado que esta fecha tiene, remarcó que “el verbo de Dios da luz en el mundo. Este es el misterio de la Navidad: Dios con nosotros. El gran misterio de Dios es que se ha involucrado con el mundo y con los hombres que están dentro de su historia, no se concibe un Dios lejano. Tiene que ver con toda la vida de los hombres. En la medida que el hombre se aleja, menos entiende su propia vida. Es por ello que muchas veces completan este vacío de Dios con elementos foráneos: por eso me aturdo, compro muchas cosas, tengo que hacer mucho ruido. No hay que perder de vista que Dios vino para cada uno de nosotros, para ser el centro de nuestra propia vida, para que vivamos una vida diferente”.
Consultado sobre qué cuestiones les gustaría que tomaran en cuenta los católicos, explicó que “primero y principal hay que aprender a ser más simples en la vida, aún a pesar de este mundo complejo en el que vivimos y que nos impide abocarnos a lo simple. Hay que vivir lo esencial de las cosas, en su sentido verdadero. Y que Jesús no sea el gran ausente en esta Navidad que estamos por celebrar”.