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Las vivencias de conocer a una comunidad de pueblos originarios, respetarlos en su cultura y procurar que aprendan nuevos medios de vida para salir de una economía de subsistencia.
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Fue una de las promotoras de que dos jóvenes de la comunidad Wichi vengan a Coronel Suárez a vivir diferentes experiencias.
Todo surgió de la mano del trabajo que desde hace años realiza con Diego Heit, quien es discapacitado auditivo y también visual, que como muchos en Coronel Suárez saben es un aguerrido maratonista que ha participado en diferentes maratones nacionales, como la internacional denominada Del Fin del Mundo, en la ciudad de Ushuaia, en dos oportunidades.
En diálogo con La Nueva Radio Suárez, Alejandra Travería nos cuenta que “buscamos que Diego viva otro tipo de experiencias, donde no solamente el sienta que debe ser atendido o conducido, sino que conozca otras formas de vida, con más dificultades que las propias. Por eso se nos ocurrió que participara en esta Maratón Wichi, que organiza una Fundación que tiene sede en Salta y que trabaja con las cuatro comunidades Wichi que viven en el Chaco Salteño. Y las vivencias fueron increíbles. A su regreso, Diego habló no de la maratón, sino de que no tenían agua, es insuficiente la comida y otras condiciones de vida muy pobres, bajo una economía de subsistencia. Quien acompaña a Diego en los viajes, Silvestre Medina, propuso que él y su padre podían enseñar los secretos de la apicultura, por lo que inmediatamente hablamos con el Director de la Fundación, Alejandro Deane, quien se puso en comunicación con el Concejo que integran los jefes de las cuatro comunidades Wichi y acordaron enviar a dos jóvenes para que aprendieran esta actividad”.
Alejandra Travería destacó que “las vivencias han sido muy importantes, no solamente para los dos jóvenes de los pueblos originarios que están en Coronel Suárez desde hace más o menos un mes, sino también para los suarenses que han compartido con ellos todo este tiempo. Y la verdad es que no sabemos si esta actividad les va a gustar, si van a querer hacerla. Ahora Alejandro y Pento (los dos jóvenes Wichis) van a actuar en sus aldeas como capacitadores para la actividad apícola y la intención es favorecer esta propuesta con diferentes acciones para estas comunidades que tienen una economía milenaria de subsistencia con las huertas que hacen las mujeres y las artesanías que hacen los hombres, en un medio natural, usando el palo santo verde y el algarrobo negro, cuando cada vez tienen menos bosques porque son talados para la siembra de soja”.
Los jóvenes Wichis estarán partiendo de Coronel Suárez presumiblemente el próximo fin de semana y habrán concluido una experiencia que resultó motivadora para quienes conocieron por primera vez el resto del mundo, ya que nunca habían salido de su entorno y mucho menos habían viajado cientos de kilómetros para llevar adelante una experiencia de aprendizaje.
Para los suarenses queda el desafío de seguir aportando para que estas comunidades puedan desarrollar una actividad económica alternativa, siempre y cuando lo quieran hacer. Porque la base de toda acción con las comunidades originarias de nuestro país tiene que partir del respeto hacia su cultura.