Imprimir Página | Volver a página de inicio

Esto es lo que dijo uno de los profesores de la Escuela Agropecuaria, Alejandro Alberdi, y también el Director del establecimiento, Roberto Palacio, al ser consultados por La Nueva Radio Suárez –junto al profesor Guillermo Patta- en torno a esta particular experiencia que cada año lleva adelante el establecimiento educativo, a pesar de las cuestiones legales, los riesgos y los miedos que puedan subyacer en un sistema que cada vez más se retrae por las cuestiones referidas a la responsabilidad civil.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Por eso explicaron que “hacemos todo como corresponde, no solo desde la legalidad, completando todos los papeles respectivos, sino también concientizando muy bien a los chicos en ser especialmente cuidadosos. Hay que tomar en cuenta que vamos a caballo, en altura, por zona de sierras, por eso el riesgo de alguna caída desafortunada siempre está presente. Cuando partimos, además de ser cautelosos, nos encomendamos a la Virgen”, dijo Alejandro Alberdi.
Por su parte, Roberto Palacio analizó que “esto se ha constituido para nuestra escuela en un viaje de egresados que los alumnos esperan especialmente y la verdad que los riesgos que se corren no son diferentes al que viven los chicos en un viaje a Bariloche, solos. Nosotros lo que les proponemos a nuestros alumnos es tomar contacto con la naturaleza, disfrutar de lo que ella nos brinda y tomarse el tiempo para conversar con sus propios compañeros y los profesores, privados de las comodidades o la tecnología que ofrece la sociedad de hoy, y la verdad es que estamos muy contentos con la experiencia y cada año reforzamos nuestro convencimiento de que hay que seguir haciéndola”.
Por su parte, el profesor Guillermo Patta, que comprobó con un resbalón y una caída que las alpargatas no son lo más adecuado para caminar entre piedras mojadas y terreno fangoso, destacó que “nos organizamos muy bien, a pesar del inconveniente del agua, y volvimos a confirmar que esta experiencia es inigualable”.
Cuando la delegación de 36 personas partió del último puesto de Lolén y al día siguiente de la Estancia Santa Clara, la gente de campo les pidió que volvieran pronto porque, evidentemente, esta Cabalgata trajo consigo el agua tan esperada.