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“Ahora voy a tener tiempo para esperar con la merienda a mis nietos, cuando regresen de la escuela”, dijo Irma cuando La Nueva Radio Suárez la visitó en su hogar, en el primer día sin trabajar, después de 38 años de servicio.
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Irma se inició trabajando como portera en el Jardín Nº 901, en el que estuvo 19 años. Allí vivió lo que implica ser portera en un establecimiento inicial, donde no solamente se trata de ocuparse de las tareas de limpieza y orden, sino que la presencia de la portera tiene también significado para los niños.
Luego trabajó otros 19 años para las oficinas educativas que están en la planta alta del edificio de la calle Las Heras al 600 de nuestra ciudad, donde funciona el Consejo Escolar, Jefatura Distrital y Regional.
Tuvo en todos sus años de tarea una dedicación y una predisposición que destacan todos quienes fueron sus jefes. Además coronó todo esto con buen humor, con una sonrisa permanente y con la misma prolijidad con la que hace la limpieza en su casa.
“Me parece que voy a extrañar un poquito, porque estaba muy acostumbrada a trabajar todas las tardes, pero bueno, habrá llegado el tiempo de dedicarse más a la familia, a los nietos y a pasear para visitar los seres queridos”.