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La licenciada Silvia Trujillo confirmó que hallaron en la víctima rastros genéticos del procesado y que en el auto y las prendas del sujeto había sangre de la niña. Dos psiquiatras afirmaron que no está enfermo y es imputable.
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"No puede ser de ninguna otra persona sobre toda la población mundial".
Con esa inapelable afirmación, respecto del resultado del estudio de ADN, la licenciada en Bioquímica Silvia Trujillo de Gavio, confirmó ayer al Tribunal en lo Criminal Nº 1 que en el cuerpo de la víctima encontraron material genético del acusado y que en las prendas y el auto del detenido había rastros de sangre de la niña.
Por ese lado, quedó virtualmente sellada la suerte procesal de Mauro Emilio Schechtel (30), como autor de la violación y posterior intento de incineración de la menor de 10 años (que salvó su vida de milagro), la tarde del 18 de junio de 2008, en las afueras de Coronel Dorrego.
Por su parte, dos médicos psiquiatras, Gabriel Harrington y Jorge Daniel Rabadán, no dejaron dudas en cuanto a su imputabilidad.
Descartaron que se trate de un enfermo, lo tildaron como un "perverso de libro" y uno de ellos aseguró que es "totalmente imputable".
Los tres testimonios significaron los más importantes de la segunda jornada del juicio oral y público que se desarrolla por el conmocionante caso.
Hoy tendrá continuidad el debate con los alegatos, por parte del fiscal Sebastián Foglia y su ayudante Marcelo Romero Jardín; los abogados de los particulares damnificados, encabezados por Adriana Domizi y Fernando Dimatz, y el defensor oficial, Germán Kiefl.
Será el paso previo al fallo de los jueces Hugo Adrián De Rosa, Enrique José Montironi y Mario Lindor Burgos, que se conocería la semana entrante.

Contundente
Pese a que no se prolongó por más de media hora, la declaración de la licenciada Silvia Trujillo fue absolutamente decisiva.
La profesional, que está a cargo del Laboratorio Químico Pericial local y tiene 30 años de trayectoria, dio detalles, por medio de la proyección de un programa de powerpoint, del análisis de rastros levantados, tanto en la víctima, como en la escena del crimen y en el vehículo del acusado --un Renault 12 naranja, que fue secuestrado en el lugar de su detención, en la localidad de El Perdido-- y sus ropas.
Confirmó, en ese marco, que del ADN del hisopado realizado a la víctima surgió material con "perfil genético" de Schechtel.
En una alfombra de goma y una butaca del coche, así como en una manta rústica, una campera y un par de zapatos de hombre encontrados en el habitáculo, y una soga y una manguera, secuestradas en el baúl, se encontraron manchas de sangre de la menor.
En el caso de la manta --aclaró Trujillo-- había restos seminales y en la manguera, no sólo tejido hemático de la menor, sino también del perfil del procesado.
Respecto de las prendas incautadas durante el allanamiento que derivó en el arresto de Schechtel, consignó la licenciada que las zapatillas del hombre, un pulóver, un pantalón, un cinturón y un calzoncillo, presentaban manchas rojizas correspondientes a la sangre de la niña.
En el abrigo y la prenda íntima, además, descubrió semen del imputado.
A una pregunta final y concreta de la doctora Adriana Domizi, sobre las muestras evaluadas, Trujillo fue clara en su conclusión: "no puede ser de ninguna otra persona sobre toda la población mundial".

Caminó incendiada
Antes de la perito, se escuchó al oficial principal Ricardo Barragán, quien se encargó del levantamiento de rastros y también secuenció su tarea por medio del proyector.
Describió que todo lo secuestrado fue analizado luego por Trujillo y aportó algunos datos de importancia para la investigación y otros, estremecedores, al punto de conmover a los padres de la niña, que se mantuvieron en la sala de audiencias, a un lado de sus abogados.
Barragán dijo, en primer lugar, que el Renault 12 fue encontrado tapado con una lona (con el supuesto fin de ocultarlo), aunque sólo estaba cubierta la parte que se observaba desde el exterior y, por otro lado, que en un lateral del rodado, había marcas que se podrían corresponder con el choque causado a la bicicleta de la víctima, hecho del que se habría valido el sujeto para el posterior ataque sexual.
Sobre la colisión, aclaró que sólo se trató de "un toque", porque, de lo contrario, existirían otros daños en ambos rodados, especialmente en el de la niña.
También agregó que, desde la ruta 72, el lugar elegido para el intento de homicidio (un camino rural que nace en la carretera y corre en diagonal), "una persona no se ve".
Por último, acerca del calvario que debió soportar la pequeña, Barragán señaló que, por las evidencias reunidas, "caminó prendida fuego entre 350 o 400 metros", hasta llegar a la carretera y lograr el auxilio de un camionero.

A puertas cerradas
Luego de las declaraciones de Trujillo y Barragán, la sala fue desalojada del público y la prensa, por mayoría de opiniones de los jueces (con los votos positivos de los doctores De Rosa y Burgos y negativo de Montironi).
De esta manera, el tribunal aceptó el pedido de las partes para escuchar, de manera privada, al médico Jorge Brero, coordinador de la Policía Científica en la Zona Norte del Gran Buenos Aires y de la psicóloga María Florencia Manterola.
Ambos profesionales abordaron algunos aspectos relacionados con la intimidad de la víctima (en cuanto a los abusos y las lesiones) y, por otro lado, se proyectó en ese pasaje la entrevista hecha a la menor --durante la investigación--, mediante el sistema especial de cámara Gesell.

"Es conciente de lo que hace"
En el tramo final de la jornada, se escucharon los testimonios de los doctores Harrington y Rabadán, quienes ratificaron detalles de la pericia psiquiátrica efectuada al imputado, en cuanto a que resulta peligroso para terceros y que sufre alteraciones en el área sexual, que no tienen tratamiento.
El primero de ellos no dudó en afirmar que Schechtel es "totalmente imputable", al descartar la posibilidad de que sufra una enfermedad y afirmó que se trata de una condición de su personalidad, que no la va a modificar.
Rabadán ratificó que el acusado "no va a cambiar su objeto sexual", en referencia a las menores de edad, ya que, además de este caso, existe en su contra una condena, en suspenso, por un intento similar, registrado en Coronel Suárez en 2000, así como otro caso, no "judicializado", que se cometió en Monte Hermoso y fue comentado el lunes por un testigo policía.
Es un "perverso de libro", aseguró el profesional, para confesar que nunca antes había entrevistado a un individuo con semejantes características.
También agregó que "es conciente de lo que hace" y que, cuanto más dolor provoca, más goza.
En la pericia realizada por ambos --junto con el doctor Julio Tapia-- se había indicado que Schechtel no tiene indicadores de problema cognitivo ni "sufrimiento o angustia por el tipo de acusación que pesa sobre él".
Si bien el encausado aseguró no haber padecido abusos sexuales, dijo que durante su niñez, y hasta los 12 años, se sintió discriminado por sus compañeros de colegio y sus propios hermanos, por sufrir enuresis (incontinencia urinaria).
Incluso, se aclaró que en una oportunidad atacó a una docente con un cuchillo, por pensar que se estaba burlando de él.
Imposible. La licenciada Silvia Trujillo explicó, sobre el análisis comparativo de ADN efectuado, que hay 6.900 billones más de probabilidades que las manchas de sangre levantadas sean de la niña que de otra persona elegida al azar y, en el mismo sentido, que son 2 trillones 50 mil billones las posibilidades de que el perfil genético hallado sea de Mauro Schechtel, antes que de cualquier otro humano. Preguntada por el juez Enrique Montironi, respondió que la población mundial está calculada en 7.000 millones de personas, con lo cual, no hay margen para la duda..