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Esther Bineder: una de las más fieles colaboradoras en el grupo de cocina de Juan Hippener.
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Aprendió a cocinar por la fuerza, cuando ya estaba casada con Bruno y comenzaban a llegar cada uno de los tres hijos del matrimonio.
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Hubo experiencias frustradas, como la vez aquella en que los ñoquis de papa desaparecieron al hervirse en el fondo de la olla y debieron comer solamente la salsa que estaba preparando para acompañarlos.
Pero las exigencias pronto se hicieron evidentes para aprender a cocinar y los resultados llegaron por añadidura.
Pronto se hizo una experta en preparar todas las comidas alemanas que había visto cocinar a las mujeres de su familia, que se convirtieron en delicias en la cocina de Esther.
Hoy, en realidad desde hace 17 años, es una de las más fieles colaboradoras en el grupo de cocina de Juan Hippener, en esas fiestas multitudinarias que organiza cada año con diferentes motivos: la de la Carneada, la de la Cerveza y algunas otras que multiplican el interés de la gente por conseguir una tarjeta.
“Me gusta mucho trabajar, porque somos un grupo de buenas amigas que hacemos toda la tarea con mucho compañerismo y alegría. Más cuando vemos después los resultados: la gente, gustosa, no para de comer y de aplaudir el resultado de nuestra cocina y eso nos da una satisfacción enorme”, cuenta Esther emocionada.
En la última Fiesta de la Carneada recibió una plaqueta por estos 17 años de trabajo en la cocina de las fiestas de la Asociación Alemanes del Volga y esto representó un emocionante momento para esta mujer que no tiene problema en dedicarse varios días a cocinar para 700 personas, pero que ya no siente tanto gusto en prender la cocina de su casa para elaborar los alimentos para las tres personas que la acompañan en su vida diaria, “porque dan muchas vueltas entre lo que les gusta y lo que no”, comentó riéndose.