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Jorge Mariani, 56 años de trabajo en la familia Maisonnave.
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Empezó a trabajar en la firma cuando tenía apenas 21 años y estaba muy cerca de terminar el Servicio Militar.
Concretamente, fue en el mes de enero del año 1955, bajo las órdenes de don Arnaldo Maisonnave y en los años en los que se vendían herramientas e implementos para el hombre de campo.
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“En el año 1960 comenzó la firma como concesionaria de autos, para vender los automóviles Chrysler, camionetas Fargo y, en el año 1962, los Valiant. Luego llega al país Volkswagen y se comenzaron a vender autos de esta firma. En aquellos primeros tiempos, a los clientes había que salir a buscarlos, por eso muchos sábados y domingos nos encontraban a don Arnaldo y a mí recorriendo los domicilios de posibles clientes. Los que no venían a la empresa había que buscarlos, por eso hacíamos esos recorridos”, comentó Mariani.
Este antiguo trabajador de la firma es contundente en sus expresiones, que se mezclan con la emoción de los recuerdos, cuando dice “Don Arnaldo era un maestro. Había que ver con que respeto lo recibían en todas las casas que visitábamos. Más que un patrón, fue un amigo. Era una persona que nunca iba a hacer daño a nadie. Si alguna vez se equivocaba y se daba cuenta de ello, no dejaba de pedir disculpas”.
Recuerda dos épocas muy difíciles para la empresa: “Con la sequía del ’62 - ‘63 y luego en el año 2001, cuando la crisis dejó atrás el 1 a 1 del peso argentino con el dólar. De esta última crisis me acuerdo que pasamos con Carlitos Maisonnave momentos muy difíciles: muchas veces, al cerrar el negocio, nos juntábamos y surgía el interrogante de si a fin de mes se iban a poder pagar los sueldos”.
Hoy, don Jorge Mariani tiene 76 años, sigue trabajando con la misma familia que lo empleó en su juventud, ostentando ese raro e increíble sentido de pertenencia al lugar de trabajo que tienen las generaciones de más edad y que no alcanzan a sentir los jóvenes, porque saben que pasar toda su vida laboral en un mismo lugar es prácticamente imposible.
Y dice, convencido, que “cada día que pasa tengo más ganas de trabajar. No sé si he trabajado mucho, si he estado muchas horas. Soy un agradecido a los clientes y al lugar de trabajo”.