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Pedro Graff.
“Las cosquillas en la panza las sentíamos varios días antes del partido con Independiente”.
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Lo confiesa un jugador que estuvo 17 años en la primera división del Club El Progreso de Pueblo Santa María, quien inmediatamente de colgar los botines ingresó a la dirigencia del club y siempre se mantuvo como tal o como colaborador de las sucesivas comisiones que condujeron la entidad deportiva.
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Confiesa, en medio de la nota, que los años y la experiencia no contribuyeron para menguar la ansiedad que genera el clásico de los Pueblos Alemanes.
Pedro Graff actualmente es dirigente de la Subcomisión de Fútbol; tiene a su hijo menor jugando en el club y no se pierde ni un solo partido de la primera división, siguiendo bien de cerca la suerte del equipo.
Recuerda los años aquellos en los que los clásicos convocaban a una innumerable cantidad de gente: “Me acuerdo que poníamos acoplados de camiones en las afuera del campo de juego, para que la gente pudiera ver mejor y para asegurar también que todos pudieran seguir bien de cerca cada una de las jugadas. Eran años en que las familias completas iban a la cancha y donde los preparativos del clásico nos convocaban a todos, nos generaban nervios y nos producían un cosquilleo en la panza, que en realidad todavía sentimos quienes nos apasionamos con estos partidos”.
Agrega además que “estos últimos años observamos que la gente ha comenzado a volver a las canchas. Nosotros nos ocupamos de poner juegos inflables para los más chicos, lo que genera la posibilidad de que los padres puedan ver jugar a sus hijos, mientras los más pequeños se entretienen”.
En la despedida de la nota, desliza el más lógico deseo de un hincha acérrimo de El Progreso: “Ojala que el partido del domingo lo ganemos nosotros”.