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Juan Pablo Arce, un prometedor artista plástico que ya comienza a mostrar todo su potencial.
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Tiene 27 años y está a punto de recibirse de la Universidad y ha tenido base en la tradicional Escuela Prilidiano Pueyrredón.
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Juan Pablo Arce, desde hace unos cuantos años, es ayudante de cátedra en esa institución que ha dado origen a conceptuados artistas plásticos de nuestro país.
Su creatividad quedó manifestada cuando, a dos meses de tomar sus clases, mientras hacía el curso introductorio, un profesor temido por muchos se fijó en él, a partir de un trabajo que había presentado y que sobresalía del resto de los alumnos.
Se ha especializado en cerámica “considerada por muchos un arte menor, pero que, en realidad, tiene muchas posibilidades de ponerse a la par de las artes mayores, como lo son la pintura y el dibujo”, explica Juan Pablo, al ser consultado por La Nueva Radio Suárez en Isidoro Espacio de Arte, donde está dando clases de cerámica desde hace unos meses y donde tiene abierta desde el sábado pasado una muestra individual que vale la pena ver.
Su primer trabajo de exposición lo hizo a través de una obra denominada “Metamorfosis”, una serie de capullos elaborados en cerámica que dan lugar al nacimiento de una persona.
Explica que “esto lo presenté pensando en la transformación que yo había tenido desde que resolví estudiar Bella Artes, porque lo que nace es el artista, a quien le falta todo un camino por recorrer para crecer”.
Luego se presentó en un concurso, con una serie que denominó “Y mamá?”, que consiste en rostros de niños ubicados en lo que serían tubos de ensayo, llamando la atención sobre los experimentos de la ciencia actual.
Esta obra le valió obtener el primer premio: exponer en el Centro Cultural Recoleta, un espacio buscado por muchos artistas plásticos ya consagrados.
Para esta oportunidad inigualable presentó la serie “Identidad Artificial”, que es extraordinaria en su construcción artística y en la posibilidad de reflexión sobre la “fabricación en serie de bebés”.
No solamente llama la atención la perfección de la obra realizada enteramente en cerámica, sino también la sumatoria de otros elementos, como por ejemplo el sonido que permite sentir como si se estuviera en un perfecto laboratorio.
No hay duda de que este joven suarense tiene un futuro prometedor en las artes y así lo han notado sus maestros, que continuamente le brindan apoyo y aliento para seguir creciendo en la expresión de su creatividad.