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Pablo García Plandolit.
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“Con los años he aprendido que es mejor bregar por la armonía y el diálogo”.
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Así se expresó el Periodista del Bicentenario al hacer uso de la palabra en el despacho mayor de la Municipalidad, al momento de ser anunciado para esta distinción.
Estos conceptos fueron los que después reafirmó al hablar con La Nueva Radio Suárez, en la tranquilidad de su domicilio particular, al que tantas veces fuimos a buscarlo cuando era Presidente del Taller Protegido de Coronel Suárez.
Su expresión sorprendió un poco a todos quienes conocen a Pablo García Plandolit.
Es que ha sido durante toda su vida una persona frontal, capaz de sostener su verdad y sus convicciones a cualquier precio y con un sentido de justicia que no reconoce atenuantes.
Podría decirse que es un rebelde y un vanguardista desde que en la primaria dirigía un semanario escolar y, desde los 20 años, cuando daba a conocer su opinión sobre los acontecimientos del momento en los medios de la época.
Se enfrentó fuertemente al Peronismo desde el Diario El Imparcial, en los años en que “los políticos eran menos sutiles que ahora y hacían valer su razón, quitándonos, entre otras cosas, la posibilidad de disponer el papel que necesitábamos para nuestras publicaciones”, recuerda.
“Siempre sostuvimos la verdad desde nuestras páginas. Aunque nos doliera, aunque no nos gustara, entendíamos que lo que había que publicar era la verdad. Hoy, con los años, he comprendido, que en lugar de cerrar tantas puertas, tener tantos enfrentamientos, hubiera sido mejor dejar un resquicio, una pequeña abertura por el que se pudiera entablar un diálogo o un entendimiento” afirmó Plandolit.
A Pablo le duele el destino que tuvo El Imparcial, después de su venta a la UCR.
Los ejemplares que formaban la colección histórica, que registraba todo lo que había pasado en la ciudad y el Distrito desde su creación hasta 1985, desaparecieron, ya que las placas de impresión se vendieron como bronce y solamente algunas se pudieron rescatar.
Además, buena parte de la colección fue vendida como papel por quienes no entienden el valor histórico que la misma guardaba, solamente pudieron rescatarse algunos tomos, que se encuentran en la Biblioteca Sarmiento.