El Pastor relató que el día miércoles siguió atentamente todo el debate que se dio en la Cámara de Senadores, y “pude ver que había argumentos muy interesantes de una y otra parte. Cuando se produjo la votación me dio mucha tristeza y me fui a acostar dándole un beso a cada uno de mis hijos, pidiéndole perdón, porque siento que no hemos escalado un peldaño hacia la igualdad, sino que hemos retrocedido un paso”.
“Hay que tomar en cuenta que hay que hacer un análisis social y uno teológico de ese tema. En lo que se refiere al análisis social, yo creo que hubiera existido un consenso muy grande si se hubiera trabajado esto como unión civil, con derechos muy parecidos al del matrimonio, pero sin tocar esta figura que implicaba la unión entre un hombre y una mujer. Cada uno decide con quien vivir una vida, esto es privativo de la individualidad y en el marco de esto hay derecho a la herencia, a la pensión, a la cobertura social. Esto es la cobertura legal que corresponde para las personas homosexuales. Pero el conflicto sobrevino al rozar lo que considerábamos matrimonio. Nosotros creemos que no es lo mismo”.
Consultado sobre si las religiones perdieron en esta lucha, dijo que “lo que nos ha pasado es que hay un distanciamiento de lo que es el factor legal de las sociedades con los factores de fe y religiosos”.
“Siento que el hombre se está alejando de Dios y entonces tenemos sociedades cada vez más corruptas y menos justas”.
“Es importante reforzar nuestras convicciones, seguir reforzándolas y no negociarlas. Pero esto nos indica también un camino de compasión, de comprensión y de tolerancia. Lo que pasó no nos tiene que separar, tenemos que integrarnos pero seguir amando el bien, con las convicciones bien firmes de lo que creemos”.