Un aporte del mencionado profesional y docente como para tener presente en estas épocas de tantas dificultades y en algunos casos falta de dialogo y hasta incomprensión para con nuestros jóvenes.
Un mensaje realista para pensarlo y repensarlo:
Queridos viejos: Hoy les escribo, quiero decirles algo de aquello que nunca hablamos.
“Porque no hay tiempo”, “Porque es muy tarde”, “Porque hoy no puedo”, “Estoy cansado”.
Los días pasan, yo voy creciendo, ya no soy un niño, tampoco grande; e igual que ayer, me siento solo, no están conmigo, aunque lo digan.
Pues me consienten, me lo permiten, si lo exijo, ustedes dan, si yo les grito, ustedes callan.
Cuando era chico, todo me daban, no había retos, tampoco enojos; hoy no hay castigos, les da lo mismo.
Si estudio, bien, si no, que mal!
Pero no hay reglas, no hay culpables, tampoco límites, si nunca hubo.
Los necesito, los quiero mucho, pero no alcanza con lo que hacen.
Si hoy me quieren, no duden tanto, no ven acaso lo que me pasa.
Salgo de noche, vuelvo de día, a mis amigos, ni los conocen.
No duden tanto, vengan conmigo, los necesito, no me consientan.
Quiero que escuchen, pero que vean, me pasan cosas, estoy rebelde, se que no pueden, se que no saben, se que es difícil el contenerme.
Y no es de ahora, así fue siempre, no hubo retos, tampoco enojos, no hay castigos, si da lo mismo. No hay reglas, ni responsables.
Tampoco límites, y los preciso.
Tanto como a ustedes lo necesito, porque soy joven, no soy un chico, tampoco un grande, los necesito.
Para encontrarme, para encontrarlos, aun hay tiempo, nunca es tan tarde, para entenderse entre padre e hijo.
Aun hay tiempo, ayúdenme, acérquense.
Busquen la forma de socorrerme.
Porque soy frágil como la escarcha, e indefenso igual que un niño, aunque les grite, como los grandes.
Ayúdenme, no me abandonen; este S.O.S. es para que nunca, les duela el alma, cuando expresen: “Este es mi hijo”.
Profesor Licenciado en Psicología Fernando Di Batista.