Pedro Streitemberger es un buen vecino de Pueblo Santa María, que se destacó por su contracción al trabajo y la permanente colaboración con varias instituciones de este pueblo alemán.
Participó, como lo ha hecho otras veces, del acto protocolar por el aniversario de Pueblo Santa María.
“Es bueno juntarnos todos para darle un justiciero homenaje a todos nuestros antepasados, que llevaron a cabo una epopeya admirable, colonizando en 120 años dos regiones muy distintas”, le expresó enfáticamente a La Nueva Radio.
Luego agregó que “para decirlo de alguna manera, ellos con nada lo hicieron todo, y creo que nosotros tenemos la obligación de seguir este camino que nos han trazado y tenemos la obligación de llevar a Santa María al lugar más alto, más grande posible. Admiro todos los cambios que se han producido en nuestro pueblo, y hoy estoy feliz de tener todo esto”.
Recordó a sus propios antepasados, “mis padres eran increíblemente fabulosos. Mi mamá nunca le decía que no a nada, fue una mujer excepcional que crió 11 hijos. Y me parece todavía verla, despidiéndonos en la puerta de nuestra casa, a la mañana, porque nos íbamos a la escuela. Ella nos decía en alemán cada día “sean buenos, estudien y vuelvan felices a casa”, con eso digo todo sobre mi madre”.
“Mi padre fue el fundador del Club El Progreso, fue su segundo presidente, y en todos lados dejó su trabajo y su colaboración, por lo que después, cuando crecí, seguí su camino”.
Después habló de la diferencia que implica el que ahora haya trabajo: “cuando hicimos un censo, aquí vivían 2.500 personas. A los pocos años un nuevo censo dio cuenta de que quedaban solamente 1.500 personas. Es que las parejas jóvenes se casaban y se iban a las grandes ciudades para mejorar su situación; yo creo que ahora debemos estar otra vez en 2.000 habitantes, gracias a la fábrica y a otras fuentes de trabajo que permiten que los jóvenes se queden en su pueblo de origen. Esta realidad me pone verdaderamente muy contento”, expresó Pedro Streitemberger.