Los perros callejeros rompen las bolsas y desparraman toda la basura, por lo que pañales usados, frascos, botellas y otros residuos urbanos quedan en la puerta misma de las viviendas de los vecinos que habitan en el lugar.
Las mujeres han reclamado a las autoridades, así lo hizo saber Dolly, quien vive casi frente de este basurero clandestino.
Explicó que por un lado son los propios vecinos quienes tiran las bolsas de residuos, por el otro, que muchas veces vienen camionetas o autos importantes a tirar desperdicios frente a sus propias casas y que además hay servicios que no tienen aunque pagan, como es el caso el de recolección de residuos y el de riego.
Piden los vecinos a las autoridades municipales que se limpie el lugar y que no se permita constituir aquí un basurero a cielo abierto.