En el día de ayer, el reloj pasaba de las 9:30 horas (horario fijado para el comienzo del acto), y no se veían muchas banderas de las escuelas o de otras instituciones de la comunidad, y no aparecían los ex combatientes de Malvinas, que son de Coronel Suárez.
El acto se inició con la presencia de los abanderados de dos escuelas (Especial y Agropecuaria) y con la ausencia de los veteranos de guerra que son del distrito.
Desde el año 1982 a la fecha ha corrido mucha agua, y se registró todo un proceso de los ex combatientes, y también de la sociedad suarense y de todos los argentinos.
Ellos hicieron el trayecto del dolor por lo vivido, del no reconocimiento, de la ignorancia de la población en general.
Hasta que con el devenir de los años, todos los argentinos aprendimos a ubicar la guerra de Malvinas en el lugar histórico que le corresponde, a reconocer a los soldados combatientes como veteranos y héroes de esta batalla patriótica contemporánea.
Aprendimos que en cada fecha patria, los que primero deben estar invitados a concurrir al acto son los ex combatientes.
Y que el 2 de abril es el acto de conmemoración que les pertenece enteramente, y el resto de la ciudad, está moralmente convocada a asistir, a acompañar, para rendir homenaje a los que dejaron su vida en Malvinas y a todos los que aún regresando a la patria fueron soldados de esa guerra.
Por eso la ausencia de los ex combatientes de Coronel Suárez, inexplicable en un principio, debe llamar a la reflexión a muchos y debe producir interrogantes a cada uno de los dirigentes de este distrito. Porque esta no presencia algo está significando.
Y desde aquí todo el homenaje a los veteranos de Malvinas, que desde sus presencias o sus ausencias, sus palabras o sus silencios, nos convocan a encontrar los puntos en común que tenemos como argentinos, para seguir construyendo esta patria nuestra.