Una docente valiosa, comprometida, batalladora, defensora a ultranza de la educación pública y que, como otras con un perfil similar, eligen el camino del retiro jubilatorio al reunir 50 años de edad y 25 de servicios, antes de quedarse en el sistema, devorado por la burocracia y falta de rumbo.
El miércoles 31 de marzo fue su último día y para ello, en las instalaciones de Club El Progreso de Pueblo Santa María, se organizó un acto de despedida con una parte de la comunidad educativa, sin presencias de autoridades superiores de educación, pero si con el inmenso capital que Adriana supo cosechar en estos 25 años de trabajo, intenso, valioso, con overol puesto, mas que guardapolvo, luchando contra molinos de vientos, haciendo realidad transformaciones de las cuales hoy las comunidades de San José y Santa María valoran y, prueba de ello, fue el acto que se llevó a cabo para despedirla.
“A mi siempre me gustaban las cosas pautadas, las normativas claras y hoy el sistema no las tiene, hay muchos cargos, muchas jerarquías, pero para abajo nada y en esto el sistema educativo falla y yo siento vergüenza ajena de esto” expresó al ser entrevistada por La Nueva Radio Suárez y cuando se le preguntó por las razones de su retiro.
Frente a semejante expresión nos quedó el fuerte interrogante, de cómo se resuelve un presente tan complicado y con tantas contradicciones.
“No es fácil revertirlo, porque en las escuelas no hay nada y además falta gente comprometida, ahora implementan la nueva secundaria y no hay edificios, no hay recursos, no hay un plan ¿y así cómo te van a dar ganas de seguir?” señaló casi con nostalgia, mirando el resultado de lo hecho a pulmón.
“Los tiempos del aula no son los mismos de quienes están detrás de un escritorio” reflexionó en clara alusión de la monumental burocracia que hoy dispone el sistema educativo en la Provincia de Buenos Aires, para preguntarse después “¿cómo hacés para darle de comer a un chico con dos pesos o una copa de leche con 75 centavos?, me cansé de cubrir baches que tienen que cubrir otros”.
“Trabajé mucho, gestioné mucho y me voy con la satisfacción del deber cumplido”.
“Ahora me siento liberada, me saqué la mochila de encima, de todos modos no tiene precio todo lo que logramos para algunas escuelas ,como la Nº 3 de Pueblo San José, la Nº 4 de Santa María y El Relincho”.
Al intentar dejar un mensaje positivo, de una mujer activa, donde todo lo que se propuso lo logró, acompañada por vecinos, docentes y comunidades educativas que la respaldaron y hoy sienten su ausencia, por lo que le preguntamos sobre su carrera profesional.
“Mi primer destino fue el Jardín de Pueblo Santa Trinidad en 1985, luego pase por la Escuela Nº 20 de Villa Belgrano, la Escuela Nº 7, la Escuela Nº 1, la Escuela Nº 3 de San José y la Nº 4 de Santa Maria”.
Y recordó a muchas de sus compañeras de trabajo, que dejaron en ella una huella profunda, como ocurrió con Zulma Bonnaterre.
“Hay que privilegiar los chicos, hay que salir de la mediocridad, no debemos desviarnos del camino por no sentirnos acompañados”.
“Me dedicaré al sector privado, por ahora no haré política, ya que soy vecinalista y aquí este partido se ha perdido”, dijo por último, cuando se le preguntó que hará con todo un potencial invalorable y una experiencia rica lograda en todos estos años.