En la sección “Crónicas de la ciudad” del ejemplar del lunes del Nuevo Día aparece una investigación bajo el titulo “Piedra libre para Ana Lía Pogost, que comerció con el Municipio siendo Concejala”.
Se refiere a la contratación de alquileres para familias con problemas socio-económicos, lo cual, y cumpliendo el rol de Concejal por el partido oficialista, constituye una ilegalidad, según la ley orgánica de las municipalidades, era lo que expresaba la redacción de la nota periodística.
Ana Lía Pogost presentó al periodismo la nota fechada en diciembre del año 2009, mediante la cual renuncia al registro de proveedores de la Municipalidad, conforme lo establecen las normas legales para un funcionario público.
Sobre el particular expresó que los alquileres que se perciben corresponden a contratos suscriptos entre la Comuna y su inmobiliaria, según mandato de los propietarios con anterioridad a la fecha de asunción como Concejal y tienen vigencia hasta completar el periodo de locación.
Desmintió también que el Municipio mantenga una relación de este tipo solo con su empresa, ya que, expresó la Concejal, existe otra inmobiliaria integrada en el registro de proveedores y al resto no les interesa, teniendo en cuenta que siempre el Municipio abona honorarios mas reducidos que los de plaza y con los tiempos que se maneja en la administración.
Dijo sentirse amargada, conmovida, por esta gratuita agresión que pretende solamente y de manera sistemática echar un manto de dudas sobre su trayectoria profesional y su actuación política.
“A veces la ambición económica de algunos dirigentes suele ser más poderosa que la ley misma” expresaba en un párrafo del cuestionado artículo periodístico, por lo que la Concejal negó ser ambiciosa, pero fundamentalmente pretendió aclarar esta controvertida situación ante la opinión publica, su partido político y sus pares del Concejo Deliberante.
La Concejal Pogost se encontraba acompañada de los Concejales Néstor Osorio y Rosana Ordóñez respectivamente.