Los vecinos de Pueblo Santa Maria, habían rogado mucho, repetidamente, porque acabara la sequía en el año 1963.
En su desesperación por lograr algo de agua que hiciera crecer convenientemente los granos en el campo, habían consultado al párroco del lugar Juan Peter, quien organizó una, dos, tres procesiones a la Virgen.
Las lluvias llegaron, generosas. Entonces, el Sacerdote desafió a la comunidad para que hiciera un agradecimiento conveniente a la Virgen María por el agua caída. Es así como se resolvió construir una gruta en un espacio de terreno que donó uno de los vecinos, y que se ubica en el ingreso mismo de este pueblo alemán.
El mismo Padre Peter, cuando viajó a Alemania en el año 1964, pasó por Fátima y se encargó de traer una bella imagen de la Virgen de aquel lugar.
Hubo un inconveniente: en la Aduana pensaron que la imagen podía tener oculta droga, por lo que la única forma de averiguarlo fue abrir la imagen.
Hoy día quien observe bien puede ver que la cabeza de la imagen fue separada y pegada nuevamente: corresponde a este incidente que ayudó a superar quien entonces era el Intendente de Coronel Suárez el Escribano Domingo Nicolás Moccero.
Todo esto lo recuerda Oscar Baumgertner, quien desde hace más de 15 años es el responsable designado por la Parroquia de Santa María para cuidar el lugar, lo que le representa todo un honor.
El día 21 de febrero se cumplen 45 años de la inauguración de esta gruta y por razones de actividad del padre Antonio será el domingo 28, a las 18 horas cuando se hará la procesión y la posterior misa.
Para ello se contará con una imagen de la Virgen de Fátima, más pequeña, que toma parte de cada una de las procesiones anuales que se hacen hacia el lugar.
Es que la imagen que está en la gruta, solamente se sacó para los 40 años, y se espera sacar cuando se celebren los 50 años en el 2015.
Oscar Baumgertner recuerda que la inauguración de este lugar religioso fue un verdadero acontecimiento para toda la comunidad de Pueblo Santa María. Y como desde hace muchos años lo viene haciendo el vecino Jacobo Maier, deja intactas, sin cosechar, las espigas de trigo de un esquinero de su campo, porque las reserva para la Virgen para agradecer por las cosechas y para pedir años buenos.
Como siempre, la carroza que traslade la imagen, réplica de la que está en la Gruta, estará adornada con estas espigas de trigo. Y como en la sequía del ´63, otra vez los hombres de campo y toda la gente estarán pidiendo el milagro de las lluvias, y buenos frutos de la tierra.

 

 

 

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