El Dr. Ernesto Kruger es una persona de carácter afable, tranquilo, y si no está recorriendo algún campo está en su oficina de la Sección Veterinaria de la Cooperativa San Martín.
Trabajaba en el lugar de pibe, en los veranos en el acopio de cereales. Luego, con una beca del ente cooperativo, se fue a estudiar Veterinaria, y cuando se recibió lo estaban esperando para que trabajara en el lugar.
“Soy casi hijo de la Cooperativa San Martín, porque estudié Veterinaria con una beca que me dio el ente; soy productor de la misma y trabajaba aquí incluso antes de empezar a estudiar. En el verano trabajaba en las plantas de cereal y el jefe de ese momento, Juan Carlos Pekel, me dijo que tenía que estudiar, por eso habló con Anselmo Walter, el Gerente, y me dieron esa ayuda para que estudiara”.
“Cuando me recibí ya tenía el espacio físico para trabajar, que en sí no ha cambiado casi nada, y que es el único rincón que se mantiene intacto. Hace 36 años que estoy trabajando como veterinario de la Cooperativa San Martín, desde los 28 años en que me recibí”.
Consultado sobre que representa para él la Cooperativa San Martín dijo que “para mí es la segunda casa, acá estoy a veces hasta las 12 de la noche y los días domingos si es necesario”.
El Dr. Kruger dice que “nuestro distrito, y la zona que abarcamos, tiene una producción totalmente mixta y tenemos muy buenos ganaderos, muy buenas cabañas. Falta que nos den rumbos, direcciones, que nos digan hacia donde vamos. Recién vengo del campo y un productor ganadero me preguntaba ¿qué hacemos?, y es difícil hoy responder a eso”.
El profesional agregó que “ahora se están pagando muy buenos precios en la ganadería, pero tenemos el problema de la falta de pasturas por la sequía. Se ha mejorada la genética, se han mejorado los manejos, pero todo por propia voluntad de la gente. Aquí hay muchos servicios que prácticamente yo inicié, pero más allá de toda esta información y capacidad técnica que le ofrecemos al productor el productor se sigue preguntando qué le conviene hacer o hacia donde volcarse. Un ejemplo, vengo de un campo donde un señor no quiso vender en diciembre, por una situación con la AFIP, en ese momento le querían pagar 1.000 pesos. Hoy, un mes después, la misma vaca le vale 2.500 pesos. Son las cosas que tiene este país, donde es difícil proyectar y mantenerse”.