La Nueva Radio Suárez habló con la Psicóloga María Inés Santarelli, a cargo del Centro de Atención de las Adicciones, y esto es parte de lo que apuntó en un extenso diálogo quien desde hace más 10 años trabaja en el servicio: “Al registrarse un cambio del área a la que pertenecemos –antes estábamos a cargo del Ministerio de Salud, y ahora a cargo del Ministerio de Bienestar Social- ahora la tónica del organismo está más orientada a acercarnos a los grupos de riesgo, de mayor vulnerabilidad social. Son considerados grupos de riesgo los que están más vulnerables desde lo social; como ejemplo pensemos en los chicos que dejan la escuela, con ausencia de familias, chicos de la calle o que están muy solos y sin la contención de adultos. Es complicado llegar a estos sectores, pero es un desafío para nosotros poder hacerlos”.
Consultada sobre si se registra mayor apertura de la gente a consultar e informarse, como así también en torno hacia donde han variado las adicciones, expresó que “Notamos como hay mayor comodidad de la gente en consultar y buscar una orientación si entiende que la necesita; han dejado de estar incómodos al plantear inquietudes sobre las adicciones; la gente consulta con mayor naturalidad”.
“Cuando hablamos de adicciones estamos hablando de drogas y de alcohol, ambas cosas, pero hay que tomar en cuenta que la mayor problemática que estamos teniendo en Coronel Suárez es el alcohol porque está mas al alcance, más naturalizado y socialmente aceptado sobre todo en determinados grupos y determinadas situaciones. El alcohol está indefectiblemente asociado a la diversión, y esto es lo que más nos preocupa. Los chicos piensan el fin de semana con alcohol; no hay diversión sin alcohol. Y nos preocupa que si esto no se revierte, en el futuro muchos de estos jóvenes de hoy serán personas con alcoholismo avanzado, crónico, cuando es muy difícil revertir la adicción y el deterioro. Por eso preocupa la conducta que tienen muchos jóvenes. Y hay que tomar en cuenta que esto no es un mensaje que nace de los jóvenes, sino que es parte de una puesta social y comercial, donde tenemos que preguntarnos qué otros referentes tienen, que otras oportunidades de diversión. Vivimos en una sociedad de consumo y esto es lo que trasmitimos como adultos a las nuevas generaciones, donde es muy importante el poder comprar, el tener objetos, cosas, por lo que los valores están cambiados. Nosotros trabajamos con la familia, y vemos que se le exige a los chicos que tengan las cosas claras, y nos encontramos que los adultos no tienen claro su rol, no tienen opinión formada sobre muchas cosas. Por eso es importante que los adultos reflexionemos sobre que es lo que queremos transmitir a nuestros hijos, para poder exigirles”.