Desde hora temprana, cuando el sol pegaba bien fuerte sobre la ciudad, y la temperatura estaba en lo más alto del termómetro, llegaba la gente a la cancha donde se iba a disputar el partido final, invariablemente vestida con los colores de ambos equipos.
Muchas camisetas con los colores del club de sus amores, muchas banderas, gorros, y otros elementos que indicaban invariablemente hacia quien pertenecía cada uno.
Hubo bombas de estruendo, mucha algarabía, cánticos preparados especialmente para la ocasión y dos hinchadas apasionadas, que vivieron los 90 minutos de dos tiempos que resultaron infartantes, insoportables, sobre todo en los momentos finales.
Muchos goles, y mucha pasión.
Uno de los equipos que se llevó el campeonato, pero ambos con el orgullo de haber dejado todo en la cancha, hasta el último aliento, hasta el último esfuerzo.
Y las caras de los simpatizantes, conocidos, seguidores de siempre, o los que se sumaron en este último tiempo fueron un reflejo de lo que iba sucediendo en la cancha y entre los arcos.
La algarabía, la desilusión, los nervios, también pueden mostrarse a través de los rostros de los simpatizantes de los dos equipos.
Fue una jornada a puro fútbol, con mucha pasión. Y así lo demostraron los seguidores de Deportivo Sarmiento y Deportivo Argentino. Las felicitaciones para el campeón y el aplauso para el equipo de Coronel Suárez que dejó el corazón en los 90 minutos de juego.