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Doble crimen: el fiscal pidió perpetua para los tres acusados de asesinar a los jóvenes.

En el colofón de su alegato de dos horas y media, el fiscal Eduardo d’Empaire dijo que durante el juicio por el crimen de María Victoria Chiaradía y Horacio Iglesia Braun quedó debidamente probada la autoría material de los tres acusados y solicitó la pena de reclusión perpetua.

D’Empaire consideró que los elementos de prueba contra Gustavo Ravainera, Enrique Aguilar y Héctor Fernández son suficientes para establecer con certeza que fueron ellos quienes la madrugada del 27 de agosto de 2000 privaron de su libertad a los jóvenes para robar el auto Corsa gris y que luego, en un monte de cipreses de Coronel Suárez, los ejecutaron de dos tiros en la nuca a cada uno.
El fiscal –que comenzó su alocución pasadas las 11 horas- señaló que “tengo la convicción de que las pruebas alcanzan para probar la responsabilidad penal de los acusados”.
En el primer tramo de su alegato, el fiscal desarrollo lo ocurrido con la pareja al momento de ser abordados por los delincuentes y su posterior secuestro y asesinato. “A los chicos los mataron para entregarle el auto a Goyeneche” dijo d’Empaire en alusión al pedido del chapista de Coronel Suárez, condenado por pedir el vehículo.
En el caso de Gustavo Ravainera, el representante del Ministerio Público dijo que existen “numerosas y concordantes pruebas en su contra”. Entre otras, se citaron las declaraciones de la mujer que declaró que su marido (Luis Schell) robaba con “El Lagarto” Ravainera.
Esa mujer también dijo, durante el juicio, que su esposo le confesó que había sido Ravainera el autor del doble crimen. “´El Lagarto’ se sacó y mato a los chicos” habrían sido las palabras del Schell en presencia de su esposa.
A esto, el fiscal sumo el testimonio de un joven –Benjamín Otegui- que dijo haber escuchado al propio Ravainera en un taller comentar “que a él le habían entregado el auto con los chicos atados en el baúl”.
Además, según la acusación, todas esas pruebas fueron reforzadas por la testigo que dijo haber visto a Ravainera, a las pocas horas del hecho, en el interior de un Corsa gris a pocos kilómetros de donde finalmente, fue hallado el rodado en el que viajaban María Victoria y Horacio.
En tanto, para el caso de los imputados Aguilar y Fernández el elemento fundamental de la acusación es el testimonio de un hombre y una mujer que declararon que durante una cena en la casa de Fernández, los ahora procesados admitieron su autoría en el doble homicidio.
Además de evaluar como creíbles los testimonios de los testigos considerados clave, el fiscal indicó como elemento de cargo una llamada efectuada desde un teléfono público ubicado en calle Zelarrayan al 3800.
Según d’Empaire, quedó acreditado que los chicos iban a tener relaciones en las inmediaciones del camino Sequiscentenario, a 300 metros metros del mencionado teléfono público. Y desde ese teléfono se efectuó una comunicación a las 4.02 de la madrugada del 27 de agosto a un celular que habitualmente utilizaba Enrique “El Chino” Aguilar en su taller de la Ruta 35.
Por otro lado, el acusador hizo referencia a los pesados antecedentes de los acusados y su “habitual” relación con el robo de autos. También, el fiscal dio por acreditado el vínculo entre los tres imputados. Y entre algunos de ellos con los condenados Goyeneche y Martín.
En el caso de Aguilar, se leyó la primera declaración indagatoria en sede de la fiscalía en donde el detenido había admitido tener un importante sentimiento de odio hacia el comisario Héctor Iglesia, papá de una de las víctimas. “Iglesia tenía ‘mala calle’ desde el 83, se merecía que se lo hagan a él, no a los chicos. En el 84 fui picaneado por él y por Ortiz, quienes me cortaron un pedazo de testículo” dijo Aguilar, recordó el fiscal.
Más adelante, haciendo un resumen del “peso” probatorio de todos los testigos de cargo, d’Empaire se preguntó irónicamente si “todos los testigos se pusieron de acuerdo o sólo dicen la verdad”. En cambio, opinó que los tres imputados mintieron “porque son los culpables”.
Por último, el fiscal consideró que no existen atenuantes en la conducta de los acusados y como agravantes señaló “la vida por delante que tenían los jóvenes asesinados, el desprecio por la vida humana y la nocturnidad” en la que se desarrollaron los acontecimientos.
A las 13.30 horas, el fiscal instructor –junto a la Dra. Claudia Lorenzo- pidió la pena de “reclusión perpetua por tiempo indeterminado” (máxima condena que puede aplicarse en la Argentina) para Ravainera, Aguilar y Fernández por haber asesinado a María Victoria Chiaradía y Horacio Iglesia Braun.
Por otro lado, se esperaba para esta misma tarde el alegato de los querellantes (quienes representan a los familiares de las víctimas) y para mañana, los alegatos de los abogados defensores de los tres sujetos juzgados.

Fuente: www.labrujulanet.com.ar (La Brújula Net)

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