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Fernández y Ravainera también afirmaron que son inocentes.

Al igual que Gustavo Aguilar, los restantes procesados negaron su intervención en el doble crimen de María Victoria Chiaradía y Horacio Iglesia Braun y cuestionaron la intervención de la DDI de Bahía Blanca y los dichos de testigos de identidad reservada.

Héctor Hugo Fernández (44) y Gustavo Javier Ravainera (40), tal como había sucedido un día antes con Gustavo Enrique Aguilar (45), se proclamaron ayer inocentes del doble homicidio y cuestionaron de manera directa el contenido de las declaraciones de testigos de identidad reservada y la instrucción de la causa, en particular por la intervención de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Bahía Blanca.
Finalizada la undécima jornada del juicio oral por los asesinatos de María Victoria Chiaradía y Héctor Horacio Iglesia Braun, el Tribunal en lo Criminal Nº 3 pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes, cuando se llevarían a cabo los careos solicitados por las defensas y se concluirá con la prueba testimonial, para dar paso, posiblemente el martes, a los alegatos de las partes.
Si bien los dos encausados apuntaron a desacreditar los cargos, "El Petiso" Fernández fue quien dirigió las críticas más duras a la DDI local, al poner de manifiesto que lo involucraron en esta causa por no pagar coimas --lo graficó como el "impuesto al policía"-- en los últimos veinte años, cuando se dedicaba a la compra y venta de vehículos.
De todas maneras, desde la acusación siempre se sostuvo que la DDI fue apartada de la causa una vez que se produjeron las detenciones de los presuntos instigadores al robo del auto que ocupaban las víctimas y que la línea hacia los presuntos homicidas la condujeron, exclusivamente, la fiscalía y la comisión de Casos Especiales de la policía bonaerense, que tiene asiento en La Plata.

"Esto empezó muchísimo antes"
Una supuesta venganza de personal de la DDI local, por no aceptar el pago de coimas en las últimas dos décadas, habría terminado por involucrar, injustamente, a Héctor Hugo Fernández, en la causa del doble crimen, según lo expuso el propio acusado, al prestar declaración en la víspera, por espacio de 29 minutos.
"Lo primero que quiero decir es que soy inocente, me siento muy mal por estar viviendo esta situación. Tengo ganas de hablar y nunca lo pude hacer como realmente me gustaría hacerlo. Ojalá Dios me ilumine y pueda decir lo que considero muy importante, porque soy inocente", sostuvo el procesado.
"Lamento mucho lo que les pasó a las víctimas --dijo--; soy padre y desde mi corazón lo lamento. Este doble homicidio sucedió en el 2000, pero para mi arrancó muchísimos años antes, por el año 86 u 87, cuando empecé a vender autos. En Bahía Blanca, como en muchos otros lugares, existe el 'impuesto al policía', que es obligatorio, por los lugares que se venden autos, los talleres chapistas, pasan a recaudar..."
Y agregó: "Siempre denuncié estas coimas que pedían; entonces, arranca siendo un problema policial, siguió con uno judicial y, a veces, peores, como el que estoy. Me han hecho allanamientos buscando cosas robadas que no encontraron, vehículos que decían ilegales y eran legales. Me secuestraron una radio FM que era legal, porque hablaba de la corrupción policial", afirmó.
Reconoció como cierto que él no conocía personalmente al ex comisario general Héctor Rodolfo Díaz, aunque advirtió que el ex jefe de la delegación local de la policía de Investigaciones "mintió acá", porque en 1989 su personal le fue a pedir coimas a una agencia de vehículos que él tenía en Zelarrayán y Cuyo.
"Hice una denuncia con testigos, pruebas y trasladaron a un policía de nombre Granieri, que nombró acá y a un tal 'Gitano'. Como integrante de la DDI, calculo que (Díaz) no puede haber pasado por alto una agencia tan grande", señaló.
"Si bien no me conoce personalmente (Díaz), la policía tiene la costumbre de que los caciques no van a recaudar, sino los indios", expresó.
Al atacar la prueba de cargo, Fernández aseguró que no es una persona "de andar con armas" y que la única vez que tuvo una fue como parte de pago por la venta de un coche.
Descalificó a la familia Wenderlich --vecinos suyos en el barrio Los Chañares, quienes hicieron alusión a las supuestas visitas de Ravainera y Corona a su casa y de la entrada y salida permanente de vehículos y hasta patrulleros-- al asegurar que el comentario los señalaba como "los 'chorritos' del barrio".
Además, dijo que vivían a una distancia de 150 metros de su domicilio, motivo por el cual "no pudieron ver a nadie" y, de la misma manera, se preguntó por qué no se consultó a otros vecinos sobre estas mismas circunstancias.
Acerca de la declaración pronunciada anteayer por Luis Rodríguez, estimó que el testigo declaró "presionado, apretado y hasta coimeado para que diga otra cosa" y negó haber actuado en la presunta usurpación armada del taller Marino Diesel, preguntándose por qué el fiscal desistió del testimonio de Mario Dragone, quien "dice la verdad".

El asado "no existió"
Respecto de las pruebas más importantes en su contra: los relatos de los testigos identificados como "SS" y "TT", quienes afirmaron haber escuchado, en una cena, comentarios suyos y de Aguilar sobre la mecánica de los crímenes, Fernández aseguró que ese asado "no existió nunca".
"Acá se habla de las estafas de Ravainera o que haya hecho Aguilar y no se habla de (hizo referencia al nombre de "SS", cuya identidad se mantiene en reserva), que es un gran estafador", indicó.
Dijo que declaró así para recuperar la libertad y por dinero, que aún sigue percibiendo.
"Se dice que Fernández robaba, estafaba..., pero lo único concreto que el que tiene muchas causas es... ("SS"), no Fernández. Se contradecían (con "TT"), mentían, se pusieron de acuerdo en el tema del asado, después fue un mar de 'no me acuerdo'", declaró.
También desmintió haberse drogado y exigió un careo con ambos porque dijo contar con pruebas para refutarlos, instante en que a Aguilar se lo vio afectado emocionalmente, hasta el llanto.
"No conozco a Goyeneche, ni a Corona, ni a Martín", también aclaró Fernández, en referencia a los tres condenados por la instigación al robo del Chevrolet Corsa que ocupaba la malograda pareja de novios.
Y sobre una supuesta carta que recibió del chapista suarense en su domicilio, volvió a cuestionar al testigo "SS", al afirmar que lo único que tenía en claro es que "al pie de la carta decía Goyeneche", aunque manifestó que, durante la instrucción, su testimonio fue distinto.
"Acá está saliendo todo a la luz; en esta causa están muertos 'Vicky' y Horacio, pero también hay muertos que sabían y los mataron o se suicidaron; ninguno murió de muerte natural", concluyó el imputado.

"No soy ningún asesino"
Gustavo Javier Ravainera confesó haber cometido hechos de cuatrerismo, algunos junto a Luis "El Sordo" Schell --a quien también se investigó por el doble homicidio-- y las estafas que le endilgan en el marco del mismo juicio, aunque desmintió haber participado de los crímenes de María Victoria y Horacio.
En su declaración, de 41 minutos --la única que incluyó algunas preguntas del fiscal Eduardo d'Empaire--, "El Lagarto" Ravainera aseguró que siempre permaneció en Coronel Suárez y que nunca cambió de fisonomía, descartando que haya utilizado el cabello largo.
También cuestionó la intervención de la DDI bahiense, cuyo personal --dijo-- se constituyó en Suárez para investigar, pero se la pasaban "almorzando, cenando; a la noche, alcoholizados, en las bailantas, con mujeres de la noche".
Sobre el comentario que realizó el ex comisario general Héctor Díaz, que tildó a Ravainera de "más frío que un bufoso", en ocasión de un allanamiento que se practicó meses después del doble crimen, el imputado explicó que "si no tengo nada que ver, no tengo por qué alterarme; es lo que pienso".
Por otra parte, criticó a la testigo "KK" (la viuda de "El Sordo" Schell), porque ella creía que él había matado a su pareja, "y me juró que me iba a hacer imposible la vida".
"He robado vacas. Puedo estafar; sí, es cierto, señor. Me encontré sin dinero al salir de estar preso y me propusieron sacar una chequera y estafar gente, y realmente es cierto, iba yo, ponía mi cara y firmaba. He ido a robar una vaca con Schell, le voy a decir que sí, pero si me dicen que soy un asesino, están muy equivocados. No soy ningún asesino. Lo que se ha hecho en estas causa, es muy grave y doloroso", expresó.
Además, afirmó que la testigo "RR" mintió cuando dijo haberlo visto, junto a Goyeneche, a bordo del coche de la pareja, medio día después del hecho, en la zona rural de General La Madrid y también refutó a "ÑÑ", al decir que "me veía en el año 98 continuamente con Goyeneche en su taller y yo estaba preso (para esa fecha)".

De Silvia Braun
Aclaró, para contradecir a Silvia Braun (madre de Horacio), que tampoco estuvo "ni afuera ni adentro" del taller del chapista Goyeneche.
"A la señora Braun la conozco por el televisor, por las noticias. Igual que al señor (Héctor) Iglesia no lo conocía, sólo comentarios que escuché, de que era mala persona, pero no lo sé", sostuvo.
En la misma línea, recordó un intercambio de palabras que mantuvo con la madre de Horacio. "Cuando me dijo 'arrepentite lagartija, que yo te voy a ayudar', le dije que no me puedo arrepentir de lo que nunca hice. Ojalá pueda entender que yo no tengo ninguna participación en todo esto".
Aseguró que nunca tuvo un teléfono celular, "porque no sé manejarlo" y que jamás visitó a Héctor Fernández, a quien dijo que recién conoció al caer ambos presos en 2007.
Interrogado por el fiscal D'Empaire, ratificó que estuvo viviendo en el departamento de Viamonte al 400 y que se lo prestó Aguilar, a quien conoció en la cárcel de Sierra Chica, y que también frecuentó al coprocesado en el galpón de la ruta 35, aunque había tratado más que nada con su hijo.
También admitió que trabajó en una carnicería de Tornquist, que a René Span (dueño de un desarmadero en Coronel Suárez) lo conocía del pueblo, "de comentarios, de charlas", y que en una oportunidad trasladó a Schell a Daireaux, "porque tenía que hablar con una persona", pero dijo que no le preguntó con quién iba a entrevistarse.
Finalmente, consultado por su defensor, Juan José Martínez, recalcó que no robó el Chevrolet Corsa gris ni ultimó a los chicos.
"No tengo ninguna participación en el caso que se me acusa. Lo que no entiendo hoy es por qué hay tantas mentiras detrás de todo esto hacia mi persona", recalcó.

El lunes habría careos
El tribunal actuante rechazó una oposición de la fiscalía y el representante de los particulares damnificados, Héctor Bertoncello, y aceptó los pedidos de las defensas para que se realicen careos de los sospechosos con tres testigos de identidad reservada, aunque limitó las diligencias al impedir la posibilidad de que se planteen repreguntas.
Entendieron los jueces que "existen puntos opuestos y diversas contradicciones" y que la confrontación "resulta potencialmente apta" para la búsqueda de la verdad, que es el fin de todo proceso.
El fiscal D'Empaire entendía improcedentes los careos, porque su finalidad es aclarar contradicciones y en este caso no las habría, porque "el señor Aguilar dijo que no conoce a ... ('SS' y 'TT'). Si no los conoce, cuál es la contradicción que se puede aclarar, salvo que lo que se pretenda, en definitiva, sí confrontar al imputado de estos graves hechos con un testigo que lo ha involucrado", expresó D'Empaire, motivando la reacción de Aguilar, que le gritó "me trató de violador".
El fiscal agregó que "lo único que se puede pretender, lisa y llanamente, es que el testigo se desdiga".
También consideró que la pretensión defensista es que, "sentado a dos metros, el testigo tenga que responderle no ya al tribunal, sino al imputado".
Los asesores legales de los tres imputados consideraron una "obstrucción" la postura del fiscal y el tribunal le dio cabida al pedido, concretándose los careos el lunes (hoy no habrá actividad), en caso de ser ubicados los testigos.
"SS" y "TT" (que hasta ayer no habían sido localizados para notificarlos) enfrentarían posturas con Aguilar y Fernández, mientras que Ravainera se cruzaría con "ÑÑ". En ambos casos, los testigos se refirieron a comentarios de los acusados sobre su participación directa en los asesinatos.

Una testigo denunció amenazas
Cuatro llamadas telefónicas de corte intimidatorio denunció haber recibido, en su vivienda de Coronel Suárez, una testigo de identidad reservada que declaró en el juicio por el doble crimen, el martes de la semana pasada.
Se trata de la mujer de un delincuente, ultimado en un presunto ajuste de cuentas poco después de los asesinatos, que comprometió a Gustavo Ravainera, al referir, ante los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 3, un comentario que le había hecho su marido, respecto de su participación y la de "El Lagarto" Ravainera en el trágico hecho.
A la testigo, identificada durante la instrucción como "KK" (en la audiencia debió identificarse, aunque se mantiene reserva de sus datos filiatorios), le habrían reclamado que se dejara de j... con el caso, porque le iban a quemar la casa, además de sufrir otras advertencias más graves, como amenazas de muerte hacia sus hijos.
Esa situación motivó la instalación de una custodia policial fija, a cargo de la policía suarense, en la finca que la mujer ocupa, en la calle Campichuelo.
Además, en el inicio de la undécima jornada del juicio, el abogado Héctor Bertoncello, representante de las familias de las víctimas, dio a conocer esta preocupante situación a los jueces.
Dijo que "KK" recibió "serias amenazas, que han dado motivo a información del diario Nuevo Día (de Coronel Suárez), con fotografías y el inicio de una causa en la delegación de la fiscalía de Suárez".
Por ese motivo, solicitó que se libren oficios al periódico y a la ayudantía fiscal, para remitan copias de la publicación y de las actuaciones.
"En algún momento se ha cuestionado la figura del testigo de identidad reservada, hasta se ha hablado con ironía de la protección que tenían los testigos y, lamentablemente, es la realidad que viven los testigos una vez que vuelven a sus casas", reflexionó Bertoncello.
El abogado Juan José Martínez se opuso al planteo y el tribunal, finalmente, declaró improcedente el pedido del abogado de las familias Chiaradía e Iglesia.
"KK" declaró que su pareja --luego ultimada por la espalda, de manera confusa, durante un asalto en un campo de Daireaux-- le había reconocido que tanto él como Ravainera tomaron parte de los homicidios de María Victoria Chiaradía y Héctor Horacio Iglesia Braun.
"'El Lagarto' se 'sacó' y mató a los dos chicos", manifestó, entre sollozos, la mujer, al hacer alusión a un comentario que le hizo Schell un mediodía que escucharon la noticia de la desaparición de los chicos por la televisión y el hombre mostró signos de nerviosismo.

Fuente: www.lanueva.com (La Nueva Provincia)

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