Fue a la Escuela N° 12; también allí cursaron la escuela primaria sus hijos.
En el año 1955, la maestra le impuso el desafío de aprender una poesía para decirla de memoria en el acto de despedida de la escuela, porque ya terminaba el 6to grado.
La aprendió muy bien, indudablemente, porque nunca más se le olvidó.
Y el sábado pasado, al término del acto protocolar, en el patio de la escuela que está muy parecido a como era entonces, sentada en un banco, acompañada por dos compañeras de esos años –Nelly Pérez y Marta Vicente- dijo otra vez la poesía, tal como lo había hecho en el 55.
Lo hizo con voz segura, de memoria, sin olvidar una sola palabra, ni una coma, ni un solo verso. Como quien da una lección –otra vez- ante sus maestros y directores de escuela. Y arrancó lágrimas de emoción en todos los presentes.
54 Años después de haberlo hecho la primera vez, esta alumna, ya mayor, volvió a estar en el patio de su escuela diciendo otra vez la poesía de despedida.
Y el último verso, la última palabra dicha en homenaje a su escuela encontró a todos de pie, aplaudiendo a esta ex alumna, ya entrada en años, que graficó de esta manera la más grande gratitud por las enseñanzas que le dejó para la vida la querida Escuela N° 12 Nicolás Avellaneda.