Cansados, muy cansados. Con los ojos rojos del humo y el fuego que estuvieron viendo y tratando de apagar a lo largo de 24 horas. Agotados. Así se veían los Bomberos de Coronel Suárez que en la mañana del viernes, alrededor de las 9:30 hs., llegaron al Cuartel de Coronel Suárez luego de más de 24 horas de trabajo en la zona serrana, tratando de controlar el fuego, con frentes de alrededor de 10 mil metros y que el viento caluroso de este verano torna incontrolable cuando despunta el día.
La Nueva Radio Suárez entrevistó a Raúl Sonzini, el Jefe del Cuerpo Activo, y a Jorge Fhur, Bombero recién llegado de la zona de Sierra de la Ventana.
“Acabamos de llegar, estábamos trabajando desde el día de ayer (jueves) a las 6 hs. y algo de la mañana, que salimos de Suárez. Fueron un montón de horas. La situación que se ve hoy a la mañana lamentablemente es bastante descontrolada a la vista y en la realidad. Está todo tremendamente seco, no nos acompañan mucho los accesos para el lugar de trabajo. Es un frente de fuego bastante amplio. Si lo mido en metros se abulta mucho, porque podemos hablar de 5, 6 y hasta 10 mil metros de frente de fuego. Le tenemos que sumar el acceso al lugar de trabajo y el lugar de trabajo en sí, muy agreste, con muchos sectores de pendiente, con mucha piedra. Es difícil llegar, con las autobombas se puede trabajar desde lo llano, se llega hasta donde se puede. A la orilla de esos cerros hay muchos sembrados de trigo”.
A este panorama se suman las complicaciones: “las condiciones meteorológicas, hay mucha temperatura, viento que es muy cambiante. En un rato hay viento de un lado y sorpresivamente se cambia de sector, arruina el trabajo que se hizo en un contrafuego o en una pasada de rastra de disco y hay que volver a empezar de vuelta. Uno mira el esfuerzo que se hace y las condiciones que mencioné tiran todo por la borda”.
Trabajando varias dotaciones de Bomberos de toda la zona. Afecta cerros que pertenecen al Distrito de Saavedra, también a la zona de Coronel Suárez, y amenaza a sembrados de establecimientos agropecuarios, como es el caso de la Estancia Ita Malal.
Jorge Fhur dijo que “es visible el trabajo que se hace de día y de noche, pero después, cuando amanece, uno mira los cerros y dice hace unas horas estuvimos allá arriba, matándonos, con los caballos subiendo agua y después el fuego pasa todo por arriba”.
En cuanto a la ayuda con que se cuenta: “Bomberos de los diferentes cuarteles que han sido convocados, con equipos autónomos de mochilas con agua, con bidones. Ayer estuvieron trabajando tres caballos en ayuda para nosotros, y gracias a Dios hacen un trabajo impagable, porque van y vienen haciendo recorridos en ascenso y descenso. También el aporte de civiles, de la gente del campo, de baqueanos, que contribuyen con lo que tengan para combatir el fuego”.
Indicó el Bombero consultado que “el día jueves estuvieron trabajando dos aviones en la parte oeste. Pero el trabajo del avión es muy complementario del trabajo de Bomberos. Cuando la brigada de Bomberos está arriba trabajando el avión los asiste, hay que terminar la llama con el trabajo de Bomberos. Cuando consideramos que está apagado nos tenemos que quedar a hacer guardia de ceniza, y la mínima ventisca que se produce vuelve a encender todo. Llega la noche y son bien visibles los focos que quedan de incandescencia, y desde abajo los vemos, que están ahí, latentes. En cualquier momento comienza otra vez la llama y hay que volver a subir. Es un trabajo que no para”.
Raúl Sonzini informó que “estamos trabajando en colaboración con los Bomberos Voluntarios de Saavedra, que nos convocaron de entrada. El campo Ita Malal está pasando el Abra de Hinojo. Se está trabajando en todo ese sector”.
Informó que “están trabajando Bomberos de Huanguelén, de Pringles, Laprida, Cabildo, Dorrego, La Colina. Todos ellos colaboran con nosotros. Además, de la parte de los Bomberos de Saavedra. Cada cuartel hace un total de 6 u 8 Bomberos por cuerpo, más la gente del lugar, peones de campo y demás”.
Agregó que “si bien toda la noche de a ratos se apaciguaba y de a ratos crecía, hoy (por el jueves a la mañana), si bien amaneció con poco viento, el fuego se descontrola por la baja humedad, altas temperaturas. Y de soplar viento, la turbulencia y las altas temperaturas hacen que el fuego se propague continuamente. Se necesita mucha gente para extinguir y mucha gente para hacer guardia de cenizas, una vez que está extinguido. Es terrible mientras no llueva. Lo único que nos puede salvar es una lluvia. Y mientras no se dé vamos a estar complicados. Si esto no tiene una solución de un golpe de suerte, que siga sin viento y que se pueda trabajar extinguiendo los focos, en una de esas la Navidad la pasamos en casa, sino tendremos que pasarla trabajando en el control de este incendio”.