En poco tiempo se armó el festival, los chicos de Evolución Ambiental canjearon reciclables por plantas y bolsas de tela Made In Manantiales; el taller de macramé de Isidoro regaló la luz tenue de sus candelabros, brotaron fotos en la huerta y como si hubiese comenzado una boda colectiva los paraguas literautas entraron como novios entulados que viajaron de mano en mano, de ojo en ojo.
El viento hizo lo propio, calmó su constancia para el comienzo de la danza de Sofía Haack, la Garieté alucinada y el Circo Golondrina encendido, la fiesta terminó con el ritmo sostenido y desacatado de Morse y la Repentina.
Acción Creativa en su evaluación sobre esta jornada señaló: “gracias a todos los que se sumaron a la fiesta y a los que siempre ayudan para darle rosca, para que todos sepan, vengan y sonriamos juntos”.