Las características climáticas de este fin de la primavera dan que hablar y resultan altamente molestas por la continuidad de fuertes vientos que dominan todo el escenario natural de nuestra región de influencia.
Desde Bahía a Olavarría, del sur al centro de la Provincia de Buenos Aires, el viento intenso hace de las suyas y las ráfagas se intensifican a medida que transcurre el día, como ocurrió el lunes donde desde el sector oeste sudoeste la intensidad llegó a los 77 kilómetros en la hora, con lo cual volaron desde tierra, en los sectores donde no hay pavimento, y mucho menos riego, hojas y ramas, presentando un panorama casi desconcertante para nuestra ciudad a esta altura del año, cuando ya estamos en los primeros peldaños del verano.
Viento fuerte y presión atmosférica de 969,9, lo que llama poderosamente la atención y llena de interrogantes a quienes se preparan para disfrutar de la temporada de verano.
En la zona sur de la ciudad, donde las calles son de tierra, era poco menos que un desierto, con visibilidad de apenas 12 kilómetros, con las complicaciones que ello representa.
El riego ha sido insuficiente y no hay que esperar demasiado aun en día normales, pero hay que reconocer que con esta situación climática no hay camión que aguante ni tanque cisterna que aplaque semejante fenómeno.
En el sector de obra sobre la Ruta Provincial 67 la visibilidad se reducía considerablemente a menos de 300 metros por el polvo en suspensión, dejando prácticamente la ruta a oscuras en plena tarde, como lo demuestran las imágenes.