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El Obispo Coadjutor de Bahía Blanca de visita por nuestros Pueblos Alemanes.
Recorrió Santa Trinidad, San José y Santa Maria.

Fue recibido por el Padre Leandro Volpe, recorriendo inicialmente el hermoso templo del Pueblo San José y luego las escuelas parroquiales.
“Tengo la ventaja de ser Arzobispo Coadjutor, al no ser titular se me ha dado la posibilidad de un mayor tiempo, dicho de manera simpática, de ‘noviazgo’ con la Diócesis, antes de hacerme cargo del título de Arzobispo. Pocos tienen el privilegio de poder recorrer con más tiempo”.
Azpiroz Costa expresó, abordando otros temas, que “el aborto es un homicidio, la Iglesia quiere salvar a las personas, no salvar el pecado. De hecho en esta carta del Papa, al terminar el Año Santo de la Misericordia, donde habla de este tema, vuelve a subrayar que el aborto es un homicidio, es quitar la vida a un inocente”.

El Obispo Coadjutor de la Arquidiócesis de Bahía Blanca, Fraile Carlos Azpiroz Costa, estuvo de visita durante el fin de semana largo en los Pueblos Alemanes.
Llegó en horas de la mañana del viernes y recorrió las Colonias, tomando contacto con diferentes instituciones representativas de cada localidad y particularmente las escuelas parroquiales, que pertenecen a la Arquidiócesis.
Esta visita se enmarca en una recorrida que está haciendo por todo el territorio que comprende la Arquidiócesis: 17 Distritos en total.
Fue recibido por el Padre Leandro Volpe y en primera instancia realizó una recorrida por la Iglesia de Pueblo San José. Sobre este magnífico templo dijo que “la había visto en anteriores oportunidades, cuando he venido a Coronel Suárez, es impresionante verla a la distancia, pero me sorprende mucho más su belleza interior: los vitrales, la calidad de los altares y eso habla de la fuerza de voluntad de los inmigrantes alemanes del Volga, que se ve destinaron lo mejor para Dios. Y esa es la casa común, aquí venían a celebrar la liturgia, sus sacramentos. Venían como inmigrantes, no es que se sacaron todos la Lotería de Navidad, sino que venían a hacer la América. Aquí en la Diócesis hay mucha presencia de los alemanes del Volga en diferentes lugares, he visitado Espartillar, San Miguel Arcángel y otros lugares, pero estas son Las Colonias, tienen nombre propio en mayúscula”.
Sobre el motivo de presencia dijo que “tengo la ventaja de ser Arzobispo Coadjutor, al no ser titular se me ha dado la posibilidad de un mayor tiempo, dicho de manera simpática, de ‘noviazgo’ con la Diócesis, antes de hacerme cargo del título de Arzobispo. Pocos tienen el privilegio de poder recorrer con más tiempo”.
Hace un año que llegó a Bahía Blanca, el 22 de diciembre se cumplirá un año de la consagración episcopal.
“Me he querido abocar a conversar con los sacerdotes, en donde viven, no citándolos a Bahía Blanca, porque así uno tiene una misión más acabada, más profunda y más real. Esto implica recorrer el ámbito donde despliegan su labor sacerdotal, considerando que hay cierta escasez de sacerdotes”.
Agregó que “necesitamos más vocaciones, para poder llegar a más gente. No se trata de ir a buscar, porque no se trata de proselitismo, es vocación. A veces hay dos ciudades o más pueblos con un mismo sacerdote”.
Más adelante en la entrevista el Arzobispo Coadjutor respondió a una pregunta sobre los casos de abuso sexual que involucra a sacerdotes, como la que se conoció hace un poco tiempo atrás en un instituto en Mendoza: “cuanto más se hace referente una persona en la salud, en la educación, en la vida religiosa, más terrible es la herida que se produce cuando esto sucede. Se supone que quien es sacerdote, donde una familia confía sus hijos para una educación en valores, no hay adjetivos para heridas de este tipo. Se ve que hay mucho pecado, mucha enfermedad y hasta locura en todo esto. No conozco los detalles de todo, sólo que el Sr. Arzobispo de Mendoza ha declarado junto con su consejo prebisteral acerca de no haber tenido noticias de los antecedentes que en el año ´59 había respecto a este sacerdote, me refiero al de más edad. No tengo noticias en más detalle. La Iglesia es de las pocas instituciones que han salido al cruce de esto, hacia adentro y hacia afuera. En la medida que todo esto ha salido a la luz, la postura, tanto de Benedicto XVI como de Francisco (he vivido varios años en Roma y son las que más conozco) han sido claras”.
Sobre el Papa argentino dijo que “no se comprende Francisco sin un Benedicto, sin un Juan Pablo II y un Juan Pablo I. Eso es lo que la historia de la Iglesia, en general, nos ayuda a entender. La historia es la maestra de la vida, un pueblo sin memoria no puede caminar. La memoria es aquello que nos permite reconocer el pasado presente hoy. La ventaja para nosotros, argentinos, aunque la gente no quiera verlo, por otros motivos, es que a Francisco lo entendemos. Yo recuerdo siendo joven que leía las encíclicas de Juan Pablo II y no alcanzaba a entender la lógica. Francisco es carne de nuestra carne, hueso de nuestros huesos. Habla un idioma en que la gente más sencilla se siente identificada, tocada. Molesta mucho su magisterio social, pero ¿a quién no le molesta cuando se ponen a la luz determinadas cosas? Me impresiona la fuerza de espíritu de este hombre que va tocando puntos con una valentía sorprendente. Es la valentía del espíritu, no le viene de él sólo. El Espíritu Santo asume la naturaleza de una persona, su carácter y lo lleva a su máxima expresión. En ese sentido considero que sus intenciones magisteriales y sus signos y gestos son realmente proféticos”.
Más adelante habló sobre lo que ha dispuesto el Papa Francisco, recientemente, en torno a quienes han cometido el pecado del aborto. Hasta ahora podían dar la absolución este pecado en el sacramento de la penitencia solamente los obispos, mientras que el Papa Francisco estableció recientemente que este perdón lo puedan dar todos los sacerdotes: “lo había ya concedido para el Año de la Misericordia. No es que el aborto no es pecado, sino que ahora todo sacerdote pueda absolver del pecado del aborto, antes reservado a algunos sacerdotes, obispos, etc.”.
Agregó que “el aborto es un homicidio, la Iglesia quiere salvar a las personas, no salvar el pecado. De hecho en esta carta del Papa, al terminar el Año Santo de la Misericordia, donde habla de este tema, vuelve a subrayar que el aborto es un homicidio, es quitar la vida a un inocente”.

 
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