El domingo subió al escenario del Teatro Italia un grupo de músicos de Coronel Suárez motivados muy especialmente para rendir tributo a dos figuras que son iconos del rock nacional, donde el resultado fue inmejorable y así quedó demostrado con la respuesta del público.
Los clásicos mas célebres de Charly García y Pedro Aznar fueron desfilando por la sala que se encontraba colmada de entusiastas espectadores, quienes recibieron la excelencia demostrada en la tarea del espectáculo que comprueba que durante varios meses se llevaron a cabo los ensayos y la creación y producción del mismo.
Durante el show se produjo un desfile por toda la trayectoria musical, tanto solista como en conjunto, referida a la obra de Pedro Aznar, no faltaron los temas de Seru Giran, la placa “Tango 4” y el final con los grandes títulos de Charly García.
En el teclado el pianista Daniel Leoz, en el bajo Martín Gerling, Andres Krotter en batería, Luciano Pereyra en guitarra, Martín Lavagnino en guitarra, un maravilloso cuarteto de saxos a cargo del Profesor Ángel Schamberger, Marcos Wesner, Joaquín Meier y Juan Andrés Meier, la trompeta de Eduardo Fhur y las voces de Mariela Gatto, Silvina Díaz Chavez y Juan Mansilla.
Era un hecho que presentarían un espectáculo de gran nivel, coordinando una tarea compleja que salió de diez, sobre todo en lo referido a la época de Seru Giran, donde el piano evoca la construcción de la composición clásica y el logro final con una música que marca una época, un tiempo con saludables influencias, donde la mágica música de Charly y de Aznar reflotaron en el alma y en el corazón de los espectadores que asistieron el domingo al recital.
Se colaboró con el Club Estudiantes Ferroviario Mitre, cuyos dirigentes valoraron la propuesta.
El recital tuvo calidad interpretativa sostenida por una producción de sonidos y efectos lumínicos acordes al ritmo que fue llevando a lo largo de toda la presentación a cargo de la empresa Maxson.
Un final impecable con todos los músicos en escena y los espectadores respondiendo con aplausos y ovaciones fue el mejor premio para un trabajo que demandó más de cinco meses de preparación.