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El conflicto entre el Consejo Escolar y la comunidad educativa de la Escuelita Nº 35 del Paraje La Uruguaya.

¿A quién pertenecen las escuelas? ¿A la Dirección General de Escuelas o a las comunidades en las que están insertas y que ayudan a su sostenimiento?

Los papeles indican que al organismo del Estado Provincial, la Dirección General de Escuelas. De hecho cuando se construye una escuela si el terreno lo dona un particular o la Municipalidad, indefectiblemente, existe un acta de donación de ese inmueble, sobre el que después se va a construir el edificio. Por ende todo lo que va arriba de ese terreno pertenece al organismo provincial.
Pero con el transcurrir de los días, meses, años, a medida que ese establecimiento entrelaza su historia con la de los niños que concurren a sus aulas y sus familias, con la historia del barrio, el pueblo, la comunidad rural en la que está inserta, la escuela pasa a pertenecer a la comunidad. Claro que esto no está escrito en los papeles. La legalidad dice otra cosa y está bien. Pero no se puede negar ese sentido de pertenencia que van tejiendo las comunidades. Y esto, está más que bien también.
¿Quiénes ayudan a recaudar fondos para hacer las tareas de mantenimiento que la escuela necesita? Lo impulsan Cooperadores en conjunto con los docentes, convocan a la comunidad para que solidariamente colabore, ya sea a través de una cena y baile, la venta de productos comestibles, un bono contribución, lo que fuere.
En cada año de historia de cada escuela se multiplican este tipo de acciones. Y en las comunidades rurales, hasta que hace no muchos años se empezaron a conseguir las designaciones de algunos porteros, ¿quién las limpia? Las docentes que concurren y las madres que una vez por semana, por lo menos, encaran limpieza general. ¿Quién mantiene más o menos limpio, ordenado, los predios que rodean a la escuela? Los padres, que acuden a la convocatoria de la Directora o por decisión propia se encargan de mantener los espacios verdes circundantes. ¿Las tareas de pintura, para remozar los establecimientos, sobre todo rurales? Muchas veces la pintura se consigue con aportes propios del Concejo Escolar y son las padres los que en algún receso, o en un fin de semana, llevan adelante las tareas de pintura.
Cuando una escuelita rural se cierra hay una comunidad que llora. Porque implica cerrar un lugar que trascendió lo educativo: es el punto de reunión y de referencia para toda esa comunidad.
En este marco de sensibilidad hubo un serio conflicto entre una comunidad educativa, la de la Escuela Nº 35, Paraje La Uruguaya, ubicada en el Cuartel VI del Distrito de Coronel Suárez, y el Consejo Escolar.
Hace un tiempo atrás, al quedar sin alumnos, la escuela se cerró. No tuvimos más noticias de esa escuelita hasta el día martes de esta semana, cuando se conoce una denuncia pública de parte de la comunidad educativa donde expresan su preocupación porque había sido abierto el establecimiento y sacado sus bancos, la campana y hasta un histórico escritorio.
Finalmente se aclaró que había sido el Consejo Escolar quien se llevó todo este mobiliario.
Consultadas la Presidenta del Consejo Escolar, Sandra Ferreyra, y Adriana Otamendi, Vocal, explicaron a La Nueva Radio Suárez que “esto comenzó con el cierre de la escuela, que como docentes lamentamos mucho”.
“No depende de nosotros, del Consejo Escolar, esto sucede por falta de alumnos. Cuando sucedió esto la comunidad de La Uruguaya vino a conversar con los Consejeros Escolares, porque ellos querían primero que la escuela no se cerrara. Se le explicó incluso con la presencia de la Inspectora Jefe Silvina Díaz y el Inspector de Primaria que si no hay alumnos no hay escuela. Con todo el dolor del mundo, entendemos que hay mucho sentimiento acá, por eso hasta hay malos entendidos. En esa primera reunión ellos quedaron contentos y nosotros también, porque la comunidad quería mantener la escuela, el edificio vivo. Para reuniones. Se hizo un acta, que no se interpretó de la misma forma por nosotros y por ellos”.
“Ese acta hablaba que ellos iban a estar en custodia del edificio, que fue eso lo que nos pareció perfecto. Cuando todas las escuelas se cierran nosotros somos los representantes de la Dirección de Cultura y Educación y lo que tenemos es la potestad de seguir un procedimiento. Todo mobiliario, útiles y demás, ver los servicios educativos que tienen distintas necesidades y distribuirlos. Retirar los muebles es el procedimiento habitual”.
Agregó la Presidenta del Consejo Escolar que “había una necesidad de bancos y sillas para la Escuela Nº 11, por lo que decidimos ir a buscar los bancos y sillas para dárselos al nuevo aula que construyó la escuela. Cuando el Tesorero Santiago Loupias se acerca a la escuela ve que no estaban por ejemplo los aires acondicionados y un par de cosas más. En el primer momento quiso hacer la denuncia, pero decidimos esperar, porque la comunidad tenía una llave y queríamos ver dónde estaba eso. Después nos llega una carta de la escuela de Cura Malal, agradeciendo a los ex Cooperadores de La Uruguaya que les habían acercado un montón de cosas”.
“Ahí vimos que había malos entendidos, que tal vez la gente no había interpretado que nosotros somos los encargados de ver las necesidades de los servicios y destinar los bienes que corresponden a las escuelas. Los citamos a una reunión para aclarar estos puntos. Esta gente no llegó a la reunión, el martes, cuando hubo sí un encuentro, subido de tono en algunos tramos del mismo, nos dijeron que no habían podido llegar a esa reunión. Después surgió esto que vamos a convocar el resto de las cosas que faltaban, y nos encontramos con que había puertas soldadas. Hubo malos entendidos. Se el amor, la fuerza, el trabajo que le pone la comunidad a la escuela. Pero bueno, las escuelas se cierran, tienen su historia. Acordamos que ellos tengan una llave. Como Consejo Escolar no tenemos ni obligación ni nada por el estilo de avisar que vamos a sacar las cosas que en realidad y en definitiva son de la Dirección de Cultura y Educación y nosotros somos los representantes en este caso”, dijo la Presidenta Sandra Ferreyra.
Por su parte Adriana Otamendi dijo que “ayer (por el martes) en la reunión creemos que quedó todo aclarado. Después de la primer reunión, en la que estuvo presente Silvina Díaz, el Inspector de Primaria, Roberto Aliberti, quien había sido Directora del establecimiento y nosotros con representantes de la ex Cooperadora, quedó aclarado que ellos quedaban en custodia del edificio y que por ahí algún material didáctico y bibliográfico podía ser donado a la Escuela Nº 6. La donación de los aires acondicionados la comunidad de La Uruguaya los donó en forma arbitraria, sin el consentimiento del Consejo Escolar”.
“Quienes llevaron los aire acondicionados, el televisor y otros elementos que por ahí faltan fue la comunidad educativa. Ellos en ese momento soldaron las puertas. Cuando desde el Consejo Escolar vamos a retirar el resto del mobiliario no podíamos entrar. Entonces, hubo que forzar la puerta”.
¿Faltó comunicación con la comunidad de la escuelita La Uruguaya?, fue la pregunta, y la respuesta de Adriana Otamendi fue que “si faltó, faltó de ambos lados. Nosotros cuando fuimos a buscar el resto del material nos encontramos con que la puerta estaba sellada. No rompimos la puerta ni nada, había una que no estaba bien cerrada y se pudo abrir. Nosotros tuvimos una primera reunión donde se acordó esto. Cuando desaparecen los aires acondicionados y otros elementos de valor convocamos a una nueva reunión, ellos no asistieron. Nosotros ahí entendimos que ese era el momento de hablarlo y de acordar. Cuando fuimos entramos igual, se cambió la cerradura y ellos volvieron a entrar. Haber, está mal, hablar de ellos y nosotros, pero desde lo que el Consejo Escolar se buscó fue el material que estaba ahí dentro, los bienes y útiles que había para entregárselo a otra comunidad educativa que lo necesita y el resto está en el depósito que tenemos en la Escuela Nº 13”.
El día martes por la mañana hubo una reunión en el Consejo Escolar con padres de la comunidad de la escuelita de La Uruguaya. Ahí se acordó que desde la comunidad educativa se enviará una carta al Consejo Escolar solicitando la restitución de la histórica campana, dos escritorios, un perchero antiguo, una biblioteca con vidrio y bancos de madera con respaldo.
Desde el Consejo Escolar, en la entrevista mantenida el miércoles por la mañana, las Consejeras Sandra Ferreyra, Presidenta, y Adriana Otamendi indicaron que van a acompañar ese pedido de restitución, que será presentado ante la Dirección General de Escuelas.

 
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