La prestancia habitual de Coty Carpini no quedó de lado el viernes pasado durante el acto protocolar por los 50 años del Departamento de Aplicación, como así tampoco la contundencia de sus apreciaciones, porque se paró frente al publico ubicado en el salón de la Unidad Académica como lo hacia frente a sus alumnos en el aula.
Una maestra impecable, en su forma de ser, de transmitir conocimientos, de comprender con autoridad pero siempre con una sensibilidad muy especial.
Coty comenzó diciendo que “hace más de 50 años el Colegio Nacional de Coronel Suárez abrió la carrera de Magisterio. El visionario Doctor Lovecchio vio inmediatamente la necesidad de un espacio para la práctica de las enseñanzas docentes. Fue así que comenzó a tramitar, luchando contra viento y marea, la creación del Departamento de Aplicación”.
“Finalmente en marzo de 1966 comenzó a funcionar el Departamento de Aplicación, sin tener reconocimiento absoluto porque las docentes trabajaron casi un año sin cobrar su sueldo, comenzando a percibir sus haberes en enero del 67”.
“Yo me recibí en el año 1965 y fui a inscribirme para ser docente del Departamento, pero el requisito indispensable era tener cinco años de antigüedad en la docencia. Pasó el tiempo y en la Semana Santa del año 73 el Señor Rector me fue a buscar para que cubra una suplencia de 4° grado, reemplazando a la Señorita Giacomolli”.
“Me presenté, cubrí la suplencia y a la semana la Regente me dice que me necesitaban nuevamente para cubrir una vacante en 1°… a partir de allí empecé a formar parte del Departamento de Aplicación”.
“Éramos una familia de siete maestros de grado, 5 o 6 maestras especiales y 1 portera, Maruca Benítez, que fue reemplazada por jubilación por Teresa Naumik”.
“Nuestra Regente, con mayúsculas, la Señora Norma Montes… más que Directora fue amiga. Ella siempre estuvo al lado nuestro y trabajó muchísimo sola, porque en esa época no había ni Vicedirectora ni Secretaria. Amó el Departamento de Aplicación y defendió a sus maestras”.
“En aquellas épocas trabajábamos muchísimo. Eran tiempos donde no había comodidades ni la tecnología que hay hoy”.
“Eran siempre aulas muy numerosas… con alrededor de 43 alumnos, habiendo llegado a cursos de con mayor cantidad de alumnos”.
“Siempre trabajamos con la idea del edificio nuevo, de la escuela grande. Un día se concretó y estrenamos este edificio. Estábamos todos muy contentos… ese fue el cambio, a partir de ahí el Departamento fue creciendo y comenzó su transformación en lo que es hoy la EP Nº 46”.
“Quiero finalizar agradeciendo a los directivos, superiores, compañeras docentes, auxiliares y a las familias… Pero realmente quiero cerrar diciéndoles a mis alumnos que seguirán siempre siendo mis chiquitos de Primero…”.
El Inspector Jefe Regional Fabián Palma fue quien protocolarmente cerró el acto del viernes pasado señalando que “hay sueños que duran mucho tiempo… un día nos despertamos y nos damos cuenta lo hermoso que fue soñar. Creo que esto es lo que hoy le está pasando a la EP Nº 46, se han despertado y descubrieron cincuenta años de trabajo”.
“Miles de alumnos han pasado por ella, muchos docentes y grandes directivos que han dejado marcas muy fuertes”.