Alrededor del 50% de la producción de soja en la Argentina (9 millones de hectáreas) tiene tratamientos con diferentes tipos de fungicidas. Pero se podría incrementar el 10% de la producción a partir de la incorporación de productos lo que, considerando que el rinde promedio es de 2.900 kilos por hectárea, no es para nada despreciable.
Tras la cosecha, se podrían obtener 2,6 millones de toneladas más. Del otro lado, a un promedio de 254 dólares la tonelada, las pérdidas para el productor hoy son de U$S 480 millones y para el Estado de 199 M/U$S.
“En realidad, creemos que muchos productores no lo hacen porque no están convencidos de ese, por lo menos, 10% de mejoramiento en rendimiento y eficiencia, y no porque no quieran”, admitió Mauricio Morabito, director de Marketing de Syngenta.
Lo hizo en la presentación de Miravis Duo, un fungicida de alto espectro de control que reduce la aparición de cepas resistentes.
Los fungicidas se utilizan para el control de enfermedades en la implantación y en el desarrollo del cultivo. Asimismo, se considera que con tratamiento se pueden incrementar la productividad y reducir los gastos. Los especialistas también sostienen que los fungicidas crean las condiciones adecuadas para el acopio posterior a la cosecha.
El producto llega tras más de 12 años de experimentaciones y una inversión que ronda los 200 millones de dólares. Actualmente, se encuentra en el trámite de registro a la espera de la aprobación de Senasa. Se presume que, en las primeras semanas del año venidero, esté habilitado.
Cercospora kikuchi, una de las enfermedades. / Foto: agroagencia.com
Respecto del trigo y la cebada, Morabito sostuvo los nuevos fungicidas no estarán antes de dos años, pero que están más que sorprendidos con los primeros resultados.
“Si bien el desarrollo está más atrasado, los incrementos de rinde nos impresiona”, sostuvo Morabito.
“En trigo estamos hablando de 400 kilos más sobre los testigos tratados y hasta 700 kilos por encima para cebadas, también tratadas”, dijo.
“Los controles son muy buenos en ramularia, en septoria y en mancha amarilla, por ejemplo. Estamos comprobando que también habrá muy buen seguimiento de roya”, explicó.
“Incluso, tendrá buen control si alguno quiere aplicar contra fusarium en los momentos en que el cultivo esté en floración y haya una lluvia precedente”, dijo.
“Lo decimos porque son los datos que nos llegan. En soja trabajamos con fitopatólogos y con asesores y ellos están sorprendidos, ya que es muy difícil, en soja, obtener esas mejoras en rendimiento y diferencia entre tratamiento de fungicidas”, aseguró el directivo.
La firma tiene lotes de pruebas desde Marcos Juárez, en la provincia de Córdoba, hasta el sudoeste bonaerense, pasando por la zona Núcleo, en Pergamino.
La aparición de nuevos eventos tecnológicos se da en coincidencia con la incorporación de paquetes por parte de los productores.
“Hoy, el tema de enfermedades en trigo y en cebada ya no se discute como sucede con la soja. Quien aplique tecnología tendrá mayor retorno por la inversión. Eso es importante que el productor lo sepa, porque luego lo verá a la hora de vender su cosecha”, aseveró.
Fuente: La Nueva.