En el año 2017 se cumplirán 200 años del histórico cruce de los Andes que hizo el General José de San Martín con sus tropas en el marco del Plan Continental para liberar a América Latina del dominio español.
Nuevamente, y por sexta oportunidad, el suarense Juan Galbarino volverá a integrar la delegación de alrededor de 230 argentinos, reunidos a través de la Asociación Cultural Sanmartiniana Cuna de la Bandera, que tiene su sede central en Rosario, con una sede también en Buenos Aires.
La partida será el día 26 de enero desde distintos puntos de la cordillera, recorriendo en realidad tres de los caminos que utilizaron para el cruce las tropas Sanmartinianas.
Hubo algunos suarenses que se quisieron sumar a esta propuesta, pero “los postulantes este año fueron miles. Muchos quieren ir a festejar los 200 años del cruce, lamentablemente no he podido conseguir vacantes en esta oportunidad, esperamos que lo puedan hacer en el 2018”, dijo Juan Galbarino ante la consulta.
La recorrida se hace en caballos que están acostumbrados al camino de montaña y, sobre todo, a lomo de mula. Ante la demanda hay un grupo que hará la recorrida caminando, como la hicieron los hombres de la Infantería de las tropas de San Martín.
Habrá tres cruces simultáneos en esta oportunidad: “el de Mendoza, que le llaman el paso de Uspallata, que lo hizo Las Heras, hace 200 años, con la artillería, el sacerdote José Luis Beltrán”.
“Es un paso un poco más bajo, más accesible. La Asociación lleva de apoyo camionetas y algún camión. Será desde Uspallata hasta el límite que marca el Cristo Redentor. Son 7 días”.
“Después está el cruce de Los Patos, que para mí es el mas trascendental, porque fue el camino que hizo San Martín con el grueso del Ejército. Se sale desde San Juan, desde un pequeño pueblito que se llama Barrial. A mí me mandan con todos los veteranos de cruce por El Portillo, en la Provincia de Mendoza. Es un paso difícil y largo, desemboca justo en Santiago de Chile”, cuenta Juan Galbarino. Luego agrega que “hace 200 años San Martín envió por este paso un pequeño grupo de militares y civiles. Algún historiador cuenta que ese grupo, pequeño, tenía a todos con ropaje diferente, como para dar idea a Marcó del Pont, de las fuerzas españolas, que ese era el ejército total, como para despistar al enemigo. Es continuamente un camino de subida. Serán en total alrededor de 9 días haciendo todo el recorrido”.
Relata que los animales, caballos y mulas que son baqueanos para los caminos de montaña, se alimentan con los junquillos que hay entre la montaña, en los momentos de descanso.
“A la noche se ponen panzonas las mulas y no deja de ser un problema, porque después a la mañana cuesta mantener la montura, porque a las 4, 5 horas la panza se le va al animal, se afloja al cincha y muchas veces los que no son muy prácticos terminan en la piedra. No han habido accidentes malos, pero siempre hay caídas”.
Sobre la significación de este cruce histórico, de tener la oportunidad de volver a hacerlo, Juan Galbarino comenta que “si uno hace este recorrido es porque ya tiene un afecto por la historia y por San Martín. El afecto es grande. El asombro total es estar ahí, y pensar que 4, 5 mil personas cruzaron esos montes. Cuando iba preparando su ejército para el cruce San Martín miraba esas montañas y decía: ‘no me preocupan los españoles, lo que me preocupa es pasar estos montes’. Uno al hacer estos caminos piensa la historia y piensa lo que significó esta hazaña para los hombres que la hicieron. Al poquito de iniciar el recorrido uno se da cuenta de su insignificancia, frente a semejantes montañas. Uno es un bichito, no es nada. Vamos con gente que se dedica a estudiar, va un sacerdote. El recorrido entra hondo en el alma. Ahí uno toca la historia con la mano. Al pasar por cada precipicio uno no puede dejar de pensar cómo cruzaron por esos lugares llevando vacunos para alimentarse, todos los pertrechos para la guerra. ¡Qué manera de confiar los soldados en San Martín!”.