Una economía que no crece y perspectivas aún no materializadas de un mejor tiempo para la actividad local explican el estancamiento que sufre el mercado laboral bahiense, escenario que muestra una preocupante extensión en el tiempo, con escasas oportunidades laborales para los más jóvenes, sobre todo, mujeres, y un futuro incierto para las tareas repetitivas y que exijan poca creatividad.
Si bien resulta imposible desligar el actual contexto de la cuestión puramente coyuntural, la pregunta que varios expertos y dirigentes políticos se formulan, a nivel global, es si la famosa predicción de un mundo con menos requerimiento de trabajo humano, patrimonio de los indetenibles avances de la tecnología, no se está haciendo realidad.
Y tal parece que no se trata de ideas de ciencia ficción, sino de una preocupación real: dos científicos de la prestigiosa Universidad de Oxford, Michael Osborne y Carl Frey, concluyeron en un reciente paper académico que el 47 por ciento de los empleos del mundo están en riesgo de ser automatizados por una máquina en los próximos 10 a 20 años.
Desde una óptica puramente local y regional, el fin del paradigma de una Bahía Blanca “puerta y puerto” del sur argentino agregan un condimento especial al debate, ya que, de acuerdo con el especialista local en Desarrollo Regional José Ignacio Diez “los sectores que promovieron originariamente la expansión de la ciudad son sectores maduros, que hoy en día no impulsan el crecimiento económico ni el cambio estructural en las economías desarrolladas”. Toda una declaración para los tiempos que corren. Y un desafío también.
En tanto, los datos oficiales no dejan lugar a dudas ni a interpretaciones: más allá de algunos rebotes puntuales, el mercado de empleo de la ciudad se halla “amesetado”, sin una tendencia definida a la baja, pero tampoco al alza, al menos en el sector formal de la economía local.
Datos del ministerio de Trabajo de la Nación hablan de una merma del 0,4 por ciento en el número de contrataciones en julio con relación al mes anterior, con tasas de crecimiento intermensuales inferiores al 1% que no dejan lugar a dudas: la performance de los pedidos de empleos por parte de las firmas locales se encuentra dormida y no muestra, al menos en los siete primeros meses del año, intención de reaccionar.
Sin embargo, los mismos datos muestran que el fenómeno no sería actual: al momento de las mediciones interanuales (julio 2016 contra junio 2015) la misma medición advierte que el empleo privado registrado se expandió un 3% y un 4,2% desde abril de 2015, mes y año en que se empezó a realizar el relevamiento de la cartera que conduce Jorge Triaca en nuestra ciudad. Traducido, el estancamiento ya se veía en el segundo semestre del año anterior, lo que habla de una economía que exhibía problemas en la etapa final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
“El mercado laboral hace cuatro años que está estancado. Han habido brotes verdes, ligados a la construcción de la termoeléctrica, pero en general, la actividad está muy planchada. Incluso, hay una importante oferta de fuerza de trabajo que año a año se incorpora al mercado local sin chances de hallar un empleo, lo que ha favorecido mucho la emigración hacia otras localidades, sobre todo, la región patagónica”, explicó el especialista local en RR.HH. Eduardo Guardiola.
El mercado laboral local
Datos de la remozada Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC indicaron que al segundo trimestre de 2016 en el aglomerado Bahía Blanca-General Daniel Cerri (BBC), sobre un total de 128.148 personas ocupadas, unos 88.607 son ocupados plenos (es decir, laboran entre 35 y 40 horas semanales) mientras que alrededor de 8.200 son subocupados horarios, es decir, trabajan menos de 35 horas a la semana, aunque desearían hacerlo por más tiempo.
Con todo, la tasa de parados local fue del 7,7% frente a un 9,3% nacional, de acuerdo con la estadística pública, al tiempo que afecta a un 5,5% de los jefes de hogares de BBC.
Otro dato saliente es que el 19,5% de las mujeres activas (tienen un empleo o lo buscan activamente) de hasta 29 años carecía de una ocupación paga en BBC, cifra que es más de tres veces superior al desempleo que muestran las de entre 30 y 64 años. El hecho no hace más que reflejar los problemas de accesibilidad al mercado de trabajo de las jóvenes bahienses, lo que no es privativo de nuestra ciudad, ya que a nivel país, también existen tasas de paro elevadas y superiores a la media general para el sexo femenino (22,3% promedio de todos los aglomerados urbanos).
Pero hay otra cifra llamativa: en el segmento de las mujeres de hasta 29 años la menor tasa de desempleo local con respecto a la media de todos los aglomerados reposa casi por entero en una mayor inactividad (menor tasa de actividad; más mujeres desocupadas que no buscan activamente trabajo), es decir, el llamado “efecto-desaliento” (la gente que no busca porque sabe que las posibilidades de éxito no son altas) se estaría manifestando en este segmento etario del sexo femenino, entre otras explicaciones factibles. Además, el nivel de empleo en las jóvenes bahienes es incluso menor al nacional (29,4% versus 30,4%).
“En suma, los datos revelan la estrechez de la actividad laboral de las mujeres más jóvenes y la situación relativamente más desfavorable de las que residen en el aglomerado Bahía Blanca-Cerri; con un nivel relativamente bajo de empleo y uno relativamente alto de desaliento en la búsqueda laboral (baja actividad)”, manifestó el economista Gustavo Burachik, director del Boletín de Estadísticas Laborales (BEL) que se confecciona en el departamento de Economía de la UNS.
¿Desempleo tecnológico?
En tanto, los adelantos tecnológicos recientes son responsables de una demanda de trabajo menguada para ciertos procesos productivos, que necesitan menos intensivamente de seres humanos, un tema que recientemente volvió a colarse en el debate público en las naciones desarrolladas.
Es más: es tal el nivel de preocupación, que influyentes movimientos sociales de ideologías muy diferentes impulsan la idea de un “ingreso universal”; es decir, un ingreso que todos los ciudadanos de un país deberían cobrar por el simple hecho de ser humanos, ya que se postula un futuro con escasez de fuentes laborales, algo que fue motivo de desvelo para los economistas del Siglo XIX.
La presión de estos grupos fue tan fuerte que en Suiza se votó en junio de este año una propuesta de Renta de Base Incondicional por una cifra de 2.533 dólares al mes, la que cosechó, sin embargo, un rechazo masivo del público helvético.
En Argentina, existe una iniciativa similar, y cuenta con el apoyo de varios académicos de renombre, entre ellos, el economista Rubén Lo Vuolo, en su momento, cercano a la diputada nacional Elisa Carrió, quien impulsó junto a este, allá por inicios de los 2.000, el ingreso para la niñez que inspiró a la Asignación Universal por Hijo actual.
A futuro, en el plano laboral, todo parece indicar que aquellas tareas repetitivas y con baja necesidad de talento y creatividad humanas se hallan en la zona de peligro.
Incluso, en el plano local, los consultores aseguran que las nuevas tecnologías, que hacen más fácil las tareas repetitivas y rutinarias, modificaron sustancialmente la demanda laboral de las firmas bahienses, un primer aviso de que ciertas profesiones, antes muy requeridas, pueden serlo menos en un futuro no muy lejano.
“En los últimos años, recibimos muchas solicitudes de profesionales en Ciencias Económicas con perfil comercial. Esto porque la tradicional tarea del contador de llevar los número se está automatizando cada vez más, con lo cual, hay más espacio disponible en la jornada diaria para generar nuevos negocios o fidelizar clientes”, explicó otro reconocido directivo del área de RR.HH. de la ciudad.
Fuente: La Nueva. |