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Gustavo Anzorena, una hazaña de la hazaña.

 

Rindió más de lo que tenía previsto: cuatro veces tomó la posta en la unión a nado entre Chile y Argentina por el Canal de Beagle.
Emocionado relató a La Nueva Radio Suárez cómo se sintió.

Finalmente se llevó a cabo la hazaña organizada por el nadador especialista en aguas abiertas Matías Olá, y su organización Swim Argentina (www.swimargentina.org), a través de la cual se proponen diferentes actividades que tiene la natación como medio para dar un mensaje de paz entre países y zonas en conflicto.
En esta ocasión se trataba de nadar en las heladas aguas del Canal de Beagle uniendo Puerto Navarino (Chile) hasta el Puerto de Ushuaia (Argentina), en un tramo de 14 kms.
El Profesor Gustavo Anzorena se sumó a esta propuesta y se preparó para ello. La participación que finalmente logró en la prueba superó sus propias expectativas, ya que intervino varias veces en la posta que se iban pasando nadadores de diferentes países.
Consultado por La Nueva Radio Suárez dijo que se siente “con la satisfacción de haber cumplido un sueño, más que un objetivo. Con la esperanza de volver a hacer algo similar o de inventar algo para seguir cumpliendo objetivos”.
Contando algunas de las anécdotas de esta experiencia explicó que “tuve la satisfacción que me esperaba a la llegada a Ushuaia un ex alumno de Coronel Suárez para llevarme a dar un paseo y para llevarme hasta el alojamiento, Damián Shell, que vive en Río Grande y que me llevó a pasear por la ciudad de Ushuaia. Después llegué al alojamiento y empezamos a conocernos con los que creíamos que éramos compañeros de nado. Después nos dimos cuenta que éramos otra cosa”, refiriéndose con el transcurso de los días y las sumatorias de experiencias compartidas se constituyeron en una gran familia, “como hermanos”.
“El primer día nos invitaron a ir a una pileta de natación para empezar a ablandar, con el agua a 25, 27 grados. Ahí nadamos ese primer día el primer grupo que habíamos llegado. Al otro día hicimos la primer prueba, que para mí fue la que más sufrí. Un lugar que se llama Playa Grande, donde había muchas olas y donde nadamos unos 20 minutos. Fue el primer impacto que tuve con aguas de esa temperatura y realmente lo sufrí bastante. Esa agua estaba a 4,5 o 5 grados. Cuando nadamos en el Canal de Beagle en Chile estaba a 3 grados, y en Argentina ya estaba a 4,5 grados”.
Contó que después de esa primer experiencia impactante de nadar en aguas tan frías “empezamos a charlar con los nadadores a ver qué nos había pasado, porque la mayoría era la primera vez. Nos empezamos a pasar alimentos y bebidas, no muy calientes, no muy frías, sacando conclusiones. Hasta que llegó el momento de la revisación médica y ahí sacamos varias dudas con el médico especialista en este tipo de actividades. Después de eso nos revisaron todos los estudios que llevábamos. Yo tengo que agradecer al Dr. Mariano Sein y al Dr. Mainini que me ayudaron, fue uno los puntos que tuvieron en cuenta para que yo pueda estar en la primera posta”.
El inicio de la actividad central y convocante, el día domingo, se produjo desde el puerto chileno: “ahí no fuimos diecisiete nadadores, como yo creía, sino que fuimos solamente siete a Chile. Uno de los puntos era tener los estudios completos y bien hechos y yo los tenía todos bien. Por eso le agradezco a los dos médicos de Suárez”.
Agregó que “cuando el día sábado hicimos las pruebas vieron mi técnica, vieron el aguante, dentro de los nadadores quedé cuarto. Yo me sentía bien. Esos siete nadadores teníamos que llegar hasta Argentina prácticamente, después se iban a ir sumando algunos más, por lo que tenía posibilidad de nadar más de los 5 minutos que había pensado mi iban a corresponder”.
“El domingo nos subimos a un catamarán hasta llegar al límite con Chile en agua. Ahí nos subimos en dos gomones. Allá nos hicieron los papeles, luego de lo cual comenzó la travesía. Comenzó a las 10 de la mañana y terminó a las 3, 4 de la tarde. Había un gomón acompañando siempre al nadador que estaba en el agua, y otro nos llevaba hasta el catamarán para hidratarnos y descansar. Yo el primar nado lo hice de 5 minutos, el segundo ya no alcanzaban los nadadores así que lo hice de 10 minutos. Lo que más se sufría era al salir del agua, porque pegaba el viento y estábamos mojados. Ahí nos dimos cuenta que dejábamos de ser amigos y éramos casi familiares, porque cada vez que un nadador salía del agua y subía al catamarán llegaban las mantas, el café, frutas secas, las preguntas, la conversación, el abrazo. En un momento los más jóvenes estaban un minuto y pedían salir porque era muy difícil estar adentro. Ahí necesitaban más nadadores. No recuerdo si fue la tercera o cuarta vez cuando dije ‘yo puedo’. Siempre tenía que haber un nadador en el agua, nos pasábamos la posta con un choque de manos en el agua y ahí recién empezabas a nadar, sino la posta se cortaba. En un momento gritan que faltaban nadadores, dije que yo iba otra vez. Me preguntaron ‘¿cuánto podes?’, pregunté ‘¿cuánto me dejas?’, ‘te doy 12 minutos, es lo máximo que te puedo dar’. Listo, ahí fue cuando nadé 12 minutos, fue lo mejor que me pasó. Poder estar bien en el agua durante mucho tiempo. En la última vez tragué agua salada, me sentí descompuesto. Cuando volví al catamarán ya sentía mucho frío, mucho más que antes, y ahí sí me tiraron 3, 4 cobijas, no podía comer ni tomar nada. Ahí pensé que no iba a poder tirarme en los últimos 200 metros, para llegar todos juntos, como estaba previsto. Ahí es cuando vos sentías que el abrazo del compañero era muy importante. Ahí no se quien me abrazó y me decía, vamos a ver si podemos tirarnos todos juntos, que falta poco. Cuando avisaron que faltaban 200 metros me puse la malla, me tiré de vuelta y llegamos todos juntos. Ahí te das cuenta lo importante del abrazo humano y del apoyo psicológico que te daban para seguir nadando. Fue muy bueno, excelente. Había gente en Ushuaia esperándonos. Yo subí una foto que llegaba con uno de los rusos, que se llama Román, que es de una organización que va a aprobar que en Argentina se haga un evento internacional de nado en aguas abiertas”.

 
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