Quiero hacer de público conocimiento lo sucedido el sábado al mediodía en la localidad de Pasman cuando mi padre José Burgardt se encontraba en una reunión familiar y de repente se descompensó, acudimos a la enfermera Gabriela Hirschfeld, quien al instante y de manera muy eficiente le brindó las primeras atenciones, recomendando que por el estado en el que se encontraba debía ser trasladado al Hospital Municipal de Coronel Suárez.
De inmediato intentamos desde nuestro teléfono celular llamar solicitando la ambulancia pero nos encontramos sin señal, ante esta situación nos vimos obligados a realizar el traslado en vehículo particular, que en nuestro caso disponíamos (no así todos los habitantes del pueblo), rogándole a Dios que resista los 40 minutos que demora el trayecto.
Al llegar, luego de hacerle los estudios correspondientes, mi padre queda internado en terapia con diagnostico: infarto.
Hoy le pregunto al Delegado Duval, a Pachi Palacio, a Sol, a Berg, a Rodríguez, Vidal, Macri y a todo aquel que como dirigente político le cabe la responsabilidad, ¿cuánto vale la vida de una persona? ¿Cuánto vale la vida de cada habitante de la localidad de Pasman para dejar sin funcionamiento la ambulancia que tenían? ¿Qué explicación me darían si una persona fallece por no poder comunicarse por falta de señal, por ser trasladado en un vehículo particular sin asistencia o directamente por no poder ser trasladado a tiempo?
Desde mi humilde opinión pregunto, de ser necesario como sostenían, ¿no era más sensato mejorar lo existente que eliminarlo? ¿O prefieren la comodidad personal al bienestar de la comunidad?
La única intención de esta nota es que sirva de ejemplo para que quienes tienen la responsabilidad revean su accionar, como le pasó a mi padre le podría haber pasado a cualquier persona.
Guillermo Burgardt - DNI 25.990.711