En una muestra de madurez, solidaridad y responsabilidad social, cientos de miles de personas, encuadradas y convocadas por organizaciones gremiales, sociales, partidarias y de feligresía cristiana, marcharon el 2 de setiembre hacia la Plaza de Mayo para expresar su rechazo a las medidas de gobierno tomadas por la gestión Macri-Cambiemos.
La desocupación, la inflación, el tarifazo, la apertura de paritarias sin restricciones y ajuste correspondiente de las jubilaciones y pensiones, el cese de la represión a los reclamos populares, fueron las motivaciones y consignas abrumadoramente mayoritarias en los carteles y las expresiones .
El periodista Longobardi dijo que las calles fueron ocupadas “salvajemente”; o sea que trató de salvajes a los manifestantes. También hubo un locutor que habló de “días de furia” en las calles. No podría afirmar categóricamente que eso es odio de clase; pero en verdad se le parece mucho. Hablar de furia cuando no se registró un solo incidente durante los tres días de movilización, es mentir, difamar para tratar de tapar el estruendo de la realidad.
El Pueblo (que es la masa organizada), está construyendo nuevas formas de representación y participación; y por cierto que lo hace porque las existentes no alcanzan a contener todas las expectativas y necesidades de credibilidad.
Hoy como nunca, porque el Pueblo siempre termina aprendiendo de la historia, las exigencias para con los que asumen la representación popular son cada vez más altas; y para colmo de males de los oportunistas, el archivo de la historia de cada quien está al alcance de internet.
Se está abriendo una nueva etapa y con nuevos métodos de lucha popular. Las características de la misma estarán directamente ligadas a la actitud futura de los gobernantes, y tendrán la responsabilidad que su nivel de representatividad les imcumba. Pero atención, las dirigencias sindicales, sociales y partidarias que no actúen en consecuencia de la nueva realidad, poniéndose a la cabeza del reclamo popular, verán rodar sus propias cabezas y ojalá que sólo metafóricamente. si medran, mientes o traicionan las necesidades y padecimientos de sus representados.
Sr. Presidente, no creo que usted se levante cada mañana pensando cómo puede “jorobar” al Pueblo; pero con la misma veracidad le digo que cada vez más así parece.
Desde el afuera de su entorno se ven “internas” que reflejan –únicamente- una lucha por apoderarse de los resortes de poder que permitan la mayor acumulación de riquezas para unos pocos. Ya se habla de que el Presidente del Banco Central y el del Nación son agentes de la CIA; también se dice que la Ministra de Seguridad está vinculada a los servicios secretos de Israel. Como verá Sr. Presidente, los mayores ruidos sobre la gobernabilidad provienen del mismísimo riñón de su equipo de gobierno; es desde allí que se ponen troncos (porque no son simples palos) en la rueda.
Los trabajadores asalariados no ponen palos ni trabas a ningún gobierno que los represente. Antes bien, sienten que les roban el salario, lo cual, a esta altura del desfasaje del poder adquisitivo, ya no significa una hipoteca sobre el futuro, sino una agónica realidad del presente, tanto como el de los despedidos desocupados.
Es evidente que su equipo de gobierno desconoce o ignora el carácter alimentario que tiene el salario. No saben lo que es la angustia de cobrar la quincena, que se le acabe el dinero al quinto día, y luego “remar” los eternos siguientes diez días.
Sr. Presidente, su equipo (obviamente con su acuerdo por acción u omisión) le pide a ese trabajador o jubilado, que pena dolorosamente durante días hasta que vuelva a cobrar su sueldo, que aguante hasta el próximo ¡¡semestre!! … ¡¿No se dan cuenta que no llega?! ¿No calculan que al tercer mes ya no podrá pagar la comida con la tarjeta de crédito? ¿No ven que la cola en el sector “mora” de los bancos es más larga que la de la ventanilla de depósitos?¿No se dan cuenta que los más necesitados no pueden esperar a que alguna vez se promulgue una ley que obligue a repartir entre el Pueblo “el dinero de la corrupción”? Y, finalmente, ¿no se enteraron que el Pueblo ya sabe que si Baez se llevó una fortuna, siendo el número 35 o 36 en el orden de prelación de los favores de la obra pública, nos preguntamos cuanto se llevaron los primeros de la lista, que son personas y empresas muy relacionadas a Ud. señor Presidente?
Por todas estas razones -y muchas más si Ud. quiere-, abra sus oídos a los reclamos del Pueblo, empiece a demostrar que cumple sus promesas, y saque los palos que Ud. mismo puso en la rueda del salario y las jubilaciones.
05-09-2016
JULIO ZABALLA DNI 5.492.952