Consternados. Así se veían el lunes por la mañana alumnos, docentes y directivos del Instituto de Formación Docente y Técnica Nº 48 a raíz de la rotura de entre 15 y 16 vidrios del sector de entrada de la institución educativa y de las aulas, incluidas las nuevas construidas, que están ubicadas en el sector que da sobre la calle Uriburu.
La reposición de todos los vidrios rotos, que no son cualquier vidrio, sino que tienen un proceso de laminado, tendrá un costo de alrededor de 15 mil pesos o más, según los primeros cálculos que la Cooperadora de la institución educativa no puede hacer frente, por lo que las autoridades del Instituto estaban comunicadas con los referentes del Consejo Escolar para tramitar el apoyo frente a esta situación inesperada, consecuencia del accionar dañino de desconocidos en la madrugada del último sábado.
Consultadas las Licenciadas Andrea Garralda y Marta Cimarosti, Directora y Vice de la institución educativa, esto dijeron a La Nueva Radio Suárez.
“Realmente fue una situación que nos amargó mucho, lamentable. Nos despertamos el sábado con estas noticias de esta situación de violencia contra una institución educativa, que realmente nos esforzamos siempre por tenerla en las mejores condiciones, para darles cabida a tantos estudiantes que puedan aprender. Nos preocupamos por la educación y realmente que desde lo social tengamos gente inadaptada, vándalos, realmente nos duelo mucho. Nos duele mucho que estos inadaptados nos hayan agredidos de esta manera”. Así se expresó la Directora Andrea Garralda.
Por su parta, Marta Cimarosti, Vicedirectora, dijo que “comparto con Andrea la preocupación, el sentimiento de repudio a esta agresión gratuita recibida sin ningún tipo de fundamento. Cuando nos consultaba la gente de Policía nos indagaba sobre si había alguna situación conflictiva que pudiese estar vinculada o sea la originaria de este conflicto, y aquí no suceden situaciones que tengan nada que ver con este tipo de problemática. Hay conflictos que se resuelven desde la palabra, la comunicación. No tiene nada que ver con nuestras prácticas cotidianas esta situación. Con la esperanza de apostar a más y mejor educación, como la única posibilidad de solución a este tipo de cuestiones. En ese sentido nos fortalece. Tenemos que seguir educando con más calidad, con más compromiso y apostando que quizá las mismas personas que llegaron a destruir el Instituto entren mañana a formarse y a poder pensarse desde otro lugar social en la comunidad”.