Mauro Ferreira hace un tiempo se comunicó con diferentes Concejales a los efectos de imponerlos sobre la situación de deterioro en el que se encuentran monumentos que son emblema para el Distrito y la ciudad.
Sostiene que el Estado está incumpliendo con tratados internacionales de preservación y que es necesaria la creación de un ente municipal, con presupuesto propio, que se ocupe del cuidado y encare seriamente la restauración de ese patrimonio histórico y arquitectónico, que es parte de nuestra cultura y nuestra identidad.
Explica en el principio de la nota que “el oficio de restaurador se aprende, se hereda desde muy chico y uno va perfeccionándose a lo largo de toda la vida. Me dedico a desarrollar tres materiales: madera, hierro y morteros (que es la cal en sus distintos estados y diferentes preparaciones). Mi formación viene con un maestro mayor de obra y ahí empecé a trabajar distintos oficios, hasta dedicarme a lo que hoy hago que es patrimonio arquitectónico cultural”.
Sobre el estado de algunos edificios y monumentos que forman parte de Coronel Suárez indica que “técnicamente hay monumentos que están declarados en ruinas, como es el caso del Mástil. Hay un informe del mismo Municipio, firmado por dos ingenieros, que lo declaran como tal. El Mástil es un grupo escultórico, que está altamente deteriorado, con pérdida de partes, lo que implica un grave daño y una falta severa a los tratados internacionales. Nosotros podemos ser demandados por eso, como Estado. Cuando alguien se dedica a gobernar tiene que conocer esto y si no lo sabe hay que decirlo, para que se ocupe”.
Informa que al Departamento Ejecutivo local ya se le informó de esto, como así también ha sostenido comunicaciones con Concejales.
Para la reparación del Mástil sugiere “dos etapas. Una la de restauración propiamente dicha, y la otra la reconstrucción de faltantes de piezas que se precipitaron y destrozaron contra el piso. Si viniera Antonio Bagué, el autor de la obra, una vez concluida la restauración y la reconstrucción, no debería notar diferencia entre lo que se hizo y lo que él originalmente concretó. Hay que conseguir documentos fidedignos que nos muestren cómo era la obra inicialmente. Por eso hay obras que son patrimonio de la humanidad que no están reconstruidas, porque no hay documentos que certifiquen su estado original”.
Más adelante, y analizando el estado del Cristo del Camino, Mauro Ferreira indicó que si bien no tiene el deterioro del Mástil es necesario también hacer trabajos de conservación.
Agrega que “hemos cometido un crimen tremendo, como haber exterminado una especie, con lo que se hizo con el ex Hotel Roma. Lo abandonamos a la desidia durante décadas y después lo vimos perecer bajo una topadora. Eso es un desgarro. Pudo haber sido un centro cultural u otro montones de cosas, no un sitio perdido”.
Enfáticamente sostiene este apasionado restaurador que “estamos tratando que el Estado entienda que está faltando a su obligación. No lo hacemos desde la crítica, sino desde la necesidad de toma de conciencia de toda la sociedad, de lo que es el patrimonio histórico cultural, que básicamente es nuestra identidad”.
En este sentido Mauro Ferreira indica que “hay que conocer los tratados a los que adherimos, desde la Carta de Venecia y todos los tratados a los que suscribimos desde el año ´72. Si no puedo tengo que tener un departamento específico, con fuerza de estado municipal, con presupuesto propio y con personas idóneas y capacitadas que se dediquen a eso. Si desconozco tengo que permitir y dar los medios básicos elementales para los que son capaces se dediquen a eso. Hemos interiorizado de esto al gobierno local, ahora estamos procurando la toma de conciencia de toda la gente, y el paso siguiente es la redacción de un protocolo, para que los Ediles, en forma conjunta, elaboren mediante ese protocolo las herramientas necesarias para conformar el organismo”.