Atrás
Las docentes Fabiana Arenas, Nelly Desch y Adriana Carmona “egresaron” del sistema educativo.

 

Anécdotas, recuerdos, afectos cosechados en 30 años de docencia rural.
Adriana Carmona: “mi escuela de la que soy titular, es la Escuela 11, a 6 cuadras de mi casa, pero hacía todos los días 150 kilómetros para ir a la Escuela 33”.
Fabiana Arenas: “si volvería a ser docente otra vez, vuelvo a hacer lo mismo: me quedo en el medio rural”.
Nelly Desch: “Amo el medio rural, fui muy feliz, y si tuviese que elegir, vuelvo al mismo destino, al mismo tipo de trabajo”.

Fabiana Arenas, Nelly Desch y Adriana Carmona son tres docentes que desarrollaron la mayor parte de su labor en escuela rural. Las tres acaban de jubilarse hace unos pocos meses atrás.
Fabiana se jubiló en marzo de la Escuela N° 26, paraje El Triunfo. Adriana se jubiló en junio de la Escuela N° 33 paraje La Remonta. Nelly se jubiló de la Escuela N° 24, en el mes de junio, estando los últimos tiempos con tareas pasivas en la Escuela N° 39.
A estas docentes muchas personas las debe recordar porque alguna vez las debe haber llevado cuando hacían dedo para llegar a su escuela, como era muy común que lo hicieran todas las docentes de escuelas rurales hace años atrás.
Fabiana cuenta que comenzó el ejercicio de la docencia en la escuela desde la que después se jubiló: “hacía dedo, no como ahora, que en los últimos años pude ir y venir en mi automóvil. Antes uno estaba más solo. Casi siempre me tocó en escuelas unitarias (donde el docente, es a su vez directora, portero, etc.). Fui compañera de María Rosa Lora (otra querida docente suarense), recuerdo que hemos hecho dedo hasta a un tractor, para poder pasar zonas de barro. Tractores grandes, nosotras sentadas a los costados; nos llenábamos de barro! Llegábamos a la escuela, teníamos que dar clase y después volver. Mis primeras suplencias fueron también en la Escuela N° 33, en el año 1986. Hacíamos el recorrido en moto”.
¿Cuántos años en el medio rural para estas docentes? La pregunta viene a cuento, porque muchas veces, las escuelas rurales son a las que siempre necesitan docentes, porque las exigencias de los viajes y la soledad de la tarea, acobardan prontamente. Todas responden al unísono. “¡Todos!”. Adriana completa: “mi escuela de la que soy titular, es la Escuela 11, a 6 cuadras de mi casa, y hacía todos los días 150 kilómetros para ir a la Escuela 33. A mí no me gusta que me manden, y en la escuela rural yo era mi propia directora. Era la seño y la directora a la vez. O mejor dicho, en la escuela era la seño y la parte directiva-administrativa era nuestra casa, con nuestra internet, nuestro papel, nuestra impresora”. Esta docente estuvo 21 años a cargo de la Escuela de La Remonta. Puedo no acordarme donde dejé el pantalón de mi hijo, pero sé en qué carpeta de la escuela, dejé tal o cual resolución”.
Por su parte, Fabiana cuenta que durante su carrera sufrió el cierre de una de sus escuelas rurales: “durante 17 años estuve en Paraje El 27, la escuela quedó sin alumnos, y cerró. A mí me reubicaron. Fue ahí cuando vine a trabajar por 3 años en Secretaría de Asuntos Docentes. Cuando decidí jubilarme volví a una escuela rural, a la Escuela 26 de El Triunfo. Pero si volvería a ser docente otra vez, vuelvo a hacer lo mismo: me quedo en el medio rural. Mis prácticas residenciales las hice en la Escuela de Cura Malal, eso me marcó. La comunidad rural me dio todo, me formé ahí como docente, como persona, hice mi familia, tuve a mi hijo, creció y estudió. Al regresar al medio rural, para jubilarme, fue fantástico encontrarme con los chicos y con sus padres. Me recibieron genial, una comunidad a la que le debo todo. Son grandes amigos ahora que tengo. De cada comunidad en la que estuve me quedaron amigos, y hoy, mis alumnos, son mis amigos. Los veo en la calle, he salido a cenar, voy a sus cumpleaños. Es algo maravilloso”.
En el caso de Nelly, es alumna de escuela rural, “de Bathurst, que se cerró. En 3er grado, porque sufría muchas anginas mi padre me internó en el colegio San José, 9 años de pupila. Amé siempre la escuela rural, soy del campo, hija de chacareros, gente de trabajo rural. Mi primer trabajo fue en Quiñihual, Rosa Velázquez era su directora y yo maestra de apoyo. Recuerdo que iba a caballo. Dejaba la petisa en lo de Táccari, y así ese trayecto de 7 kilómetros a caballo. Al año siguiente fui a la escuela 24, papel directivo para mí, todo nuevo, Zulema Biegun como directora, era muy exigente, había que caminar derechito. Fue siempre muy buena consejera, me ayudó muchísimo. Fue lindo, siempre tuve ayuda de parte de mis superiores. Pasé por la Escuela 17, la 34, y volví a la Escuela 24, ahí me titularicé y fue para el resto de mi carrera mi escuela. Amo el medio rural, fui muy feliz, y si tuviese que elegir, vuelvo al mismo destino, al mismo tipo de trabajo”. Recuerda Nelly que “se hacían cuadrangulares de fútbol, cenas y bailes. Las reuniones de cooperadora, siempre se sabía cuando comenzaban, nunca cuando terminaban. Dos, dos y media de la mañana, estábamos de reunión, nadie se iba. Cenas, lloviendo a mares y no se movía nadie. Después se encajaba uno detrás del otro. Lo que sobraba de la cena, lo compartíamos en el almuerzo al día siguiente, total era domingo, y nadie tenía que trabajar. Fue hermoso, tengo muy lindos recuerdos”.

 
- - La Nueva Radio Suárez - - 101.3 Mhz. - - LRM 818 - 02926-430005 - -