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La siembra fina exige tratamiento de semillas.

Suelos fríos y húmedos ponen las condiciones en una etapa clave.
Tanto en trigo como en cebada, habrá que tener atención sobre manchas foliares.

“Lo que ahora estamos viendo, con las últimas lluvias que se dieron justo en el arranque de la siembra, es que con los suelos fríos y húmedos ha sido muy importante el tratamiento de semillas para protegerlas desde el arranque”.
La frase corresponde a Lucrecia Couretot, investigadora del INTA Pergamino, ante la inminencia de la siembra fina 2016/2017 en trigo y en cebada.
“Hay muchos hongos presentes en la semilla que pueden transmitir enfermedades foliares o que pueden producir alguna pérdida de planta. La semilla infectada puede transmitir alguna mancha foliar, como también los muchos hongos o patógenos presentes en el suelo pueden estar infectando esa semilla”, agregó.
Couretot dijo que, hoy, la semilla es el foco de la observación.
“En condiciones de frío y de humedad excesivos, esa semilla va a estar más tiempo tratando de emerger y tiene mayor susceptibilidad al ataque de patógenos”, sostuvo.
“Hay una idea generalizada de que en la soja se hacen más pruebas porque habría más problemas de emergencia. Es un mito, porque en trigo también existen esos problemas”, aclaró.
“Hay una idea de que no hay problemas de implantación, pero el problema lo tenemos y muchas veces tiene que ver con la calidad de la semilla que estamos sembrando. Para esta campaña eso ha sido muy importante”, indicó.
De acuerdo con los pronosticadores de clima, la aparición de La Niña desembocará en un año con lluvias apenas por encima de los promedios.
“Eso nos plantea que vamos a tener que estar atentos, en un principio, a las manchas foliares, en trigo y en cebada. En cebada en especial, porque los controles se hacen más temprano y estamos sembrando variedades susceptibles. Y en trigo hay que evaluar los perfiles sanitarios”, explicó.
Couretot admitió que habrá que estar especialmente atentos.
“En lo que son los primeros estadios del cultivo, y teniendo en cuenta estas condiciones de humedad, los hongos se muestran muy contentos. Se favorece su germinación, la penetración en las hojas y el progreso de las manchas foliares, principalmente”, sostuvo.
Las manchas foliares más importantes son Mancha Escaldadura en cebada, más hacia el sur, ya que precisa climas más fríos.
También Mancha en Red, que es la más importante en cebada y en trigo más hacia el sur, hacia la zona de Balcarce, luego Septoria y Mancha Amarilla, ya más hacia la región centro.
Couretot: “No nos tenemos que confiar”
Encañazón. “Al estar en los monitoreos hay que tener en cuenta que, cuando el cultivo empieza a encañar, las manchas empiezan a quedar más abajo pero, aunque no las veamos, no nos tenemos que confiar, porque son fuente de inóculos para que, cuando haya lluvias frecuentes, por salpicado o por el viento, pase a las hojas superiores”, explicó Couretot.
Mezclas. Dependiendo de las condiciones ambientales y de cómo vengan los cultivos, la investigadora recomienda controles con fungicidas (mezclas de triazoles y estrobirulinas), siempre utilizando los productos en mezclas.
Combinación. “No hay que usar los principios activos solo para cuidar que no tengamos problemas de resistencia de patógenos a fungicidas. Hay que combinar mecanismos de acción”, dijo.
Roya. En trigo también los productores deben estar muy atentos a cómo viene el tema de la Roya. Las manchas que están in situ son patógenos necrotróficos, que permanecen en el rastrojo o en la semilla y el lote es el principal foco de infección, mientras que las Royas son esporas más livianas y el inóculo viene por el aire.
Fuente: La Nueva.

 
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