Con menor presencia de líderes de la región de lo esperado y un fervor popular que se palpa en la calle, una Tucumán engalanada se apresta a vivir jornadas que serán históricas, casi tanto como las que vivieron hace 200 años, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna, los 33 diputados que renunciaron a toda dominación extranjera y declararon la Independencia nacional.
En las calles, unos afiches promueven que "Oh Juremos con gloria vivir", en las esquinas se reparten banderas gratis para colocar en autos o hacer flamear en los festejos, los edificios públicos provinciales y municipales están engalanados con los colores patrios.
Costó que la ciudadanía conectara con el clima patriótico pero, anoche, la dirigencia política fue gratamente sorprendida por la euforia de la población que se agolpó desde temprano frente a cada uno de los escenarios montados en la ciudad, sobre todo, el que inauguró el Monumento al Bicentenario, una escultura que nació de un concurso polémico, como sucede casi siempre, que representa una bandera de 25 metros de pie, vertical, como símbolo de la libertad, "en un camino que nos impulsa hacia arriba a superarnos", según explicaron los autores del proyecto ganador.
Allí, hablaron el intendente de Tucumán, Germán Alfaro, y el gobernador de la provincia, Juan Manzur, que se tiraron flores mutuamente, a pesar de que son peronistas de tribus distintas. Pero los elogios se los llevó, especialmente, el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, quien habló en representación del gobierno nacional.
Como relató hoy La Gaceta de Tucumán, el funcionario "no tomó nota de los elogios que le prodigaron y cargó las tintas contra el kirchnerismo", y haciendo alusión a las cadenas rotas que del Monumento, dijo que "nos quedan cadenas por romper, las cadenas de la división. Nunca más dibujemos la realidad con estadísticas que ni nosotros creemos. Nunca más a la corrupción, ni a las bolsas, ni a los escándalos". Enfervorizada, la multitud empezó a gritar "Nunca más. Nunca más", como lo hizo frente a la Casa de Gobierno en las movilizaciones que el año pasado protestaban contra el fraude electoral perpetrado para las elecciones provinciales, que impusieron la agenda de la transparencia electoral en el país.
Al mediodía, una conferencia donde se presentó "Tina. El rumor de una Nación", el primer musical realizado en Tucumán, abrió la actividad del Centro de Prensa, donde se acreditaron 300 periodistas de todas las provincias y también alguno extranjero.
Lamentablemente, la poca infraestructura hotelera y el poco lugar para el aterrizaje de aviones provocó que la Cancillería decidiera no invitar a los presidentes de la región, que serán representados por los vicepresidentes de Bolivia, Álvaro García Linera, de Uruguay, Raúl Sendic y el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Chile, Hugo Dolmestch Urra.
En cambio, el rey emérito Juan Carlos I, para quien se cerró todo un piso del hotel Hilton, no solo estará presente sino que mantendrá un encuentro privado con el presidente Mauricio Macri de 30 minutos, antes de su regreso a Buenos Aires, que dejó hace 5 días, cuando inició la gira por Bruselas, Berlín y la ciudad de Idaho, en Estados Unidos.
Juan Carlos de Borbón tiene un especial interés en participar de los festejos por este bicentenario, ya que fue invitado para los del 25 de mayo de 2010 y decidió no asistir, aparentemente, por el mal vínculo personal que mantenía con la familia Kirchner.
La gran mayoría de los eventos fue organizado por el Ente Provincial Bicentenario de Tucumán, un organismo creado por ley en el 2005, pero cuyas autoridades recién fueron designadas en mayo de este año. El titular es el propio gobernador, pero su responsable ejecutivo es el historiador y politólogo Julio Saguir, autor entre otras obras de "Unión o Secesión", un libro que compara los procesos constituyentes en Estados Unidos (1776-1787) y la Argentina (1810-1862).
Las autoridades se resisten a hablar del presupuesto invertido en las ceremonias. Por otro lado, al no haber ley de información pública, no están obligados a transparentar los gastos. Lo único que pudo conocerse es que en el Presupuesto 2016 hay una partida de 300 millones de pesos para afrontar los festejos de este año. También la Nación ayudó presupuestariamente en algunas realizaciones, como el Gran Concierto Federal que se realizará esta noche en la estación de trenes del Ferrocarril Mitre y el Desfile Cívico-Militar que tendrá lugar mañana al terminar el discurso presidencial, además de un Festival Interactivo del Bicentenario que entre el 9 y el 16 de julio se realizará en el Hipódromo.
La escala nacional de la fiesta fue pensada desde el comienzo y también la participación de las más altas autoridades nacionales y provinciales de todos los poderes. En diálogo con Infobae, Saguir detalló que "el 1º de julio hubo una reunión de la Corte Suprema de la Nación con juristas de todo el país, el 4 de julio se presentó el Ballet del Teatro Colón con la presencia de Horacio Rodríguez Larreta, el 6 se reunieron los diputados y senadores nacionales frente a la Casa Histórica y para mañana 9 vendrán el Presidente y los 24 gobernadores". "Los festejos siguen hasta fin de año con distintos eventos académicos y artísticos", explicó el funcionario. Y agregó: "Hasta el Congreso Eucarístico que iba a realizarse en el 2014 se pasó para el 2016 para que acompañe el bicentenario".
Lo verdaderamente llamativo aquí en Tucumán es la armonía política que se derrama desde la cabeza del Ejecutivo provincial hacia abajo. "Manzur es un macrista de la primera hora, sobre todo desde que (el tucumano) José López revoleó 9 millones de dólares en un convento", comentó irónicamente un radical que forma parte del gobierno nacional.
En la bienvenida a la prensa, Saguir destacó "el trabajo en equipo entre Nación, provincia y municipio" y el secretario general de la gobernación, Pablo Yedlin, dijo que "nuestros signos políticos siguen siendo distintos, pero estamos muy unidos en esta celebración".
En este clima de excepcional concordia y fervor patriótico en una Tucumán devastada por la miseria, la desidia y la corrupción, después de 12 años de gobierno de mano dura de José Alperovich, todos quieren creer que los festejos dejen un nuevo tiempo de reconstrucción y fraternidad, inéditos en la historia reciente.
Fuente: Infobae.