En la continuidad de los aportes que viene llevando a cabo el Instituto de Formación Docente Nº 160 para La Nueva Radio Suárez y el Diario Digital, la Profesora Natalia Graff pone en relieve el rol de las mujeres en la lucha por nuestra Independencia.
“Un tema que me apasiona mucho es el rol de las mujeres, o la historia de género, como se la llama ahora. Su aporte fundamental es visibilizar a las mujeres como sujetos importantes de nuestra historia. No solamente desde un rol de acompañante de su esposo y sus hijos, sino siendo protagonistas. Se trata de rescatar a algunas de esas mujeres que participaron del Ejército. Algunas trabajaron y lucharon en el Ejército, algunas vestidas de hombres, otras fueron espías, todas tuvieron una importancia fundamental en la lucha por la Independencia, sobre todo en la zona norte de nuestro país”.
Una de ellas fue María Remedios del Valle, “era una mujer negra, lo destaco, porque generalmente se suele callar su participación. María Remedios participó en el Ejército del Norte con su marido y sus hijos, casi todos eran varones, a quienes los habían convocado para el Ejército, por lo que ella decide sumarse también. Fue hecha prisionera por los realistas y con astucia logró huir. Ella también ayudó a muchos prisioneros criollos a salir; fue quien organizó todo el escape. Más allá que sus hijos y su esposo murieron en los combates, María avanzó varios grados en la carrera militar y fue reconocida por Belgrano y varios personajes importantes de ese momento”.
La Profesora Natalia Graff menciona también a quien es muy conocida, “Juana Azurduy de Padilla, quizá una de las únicas mujeres de esta época a la que se suele estudiar o hablar. Nació en Chuquisaca, el actual territorio de Bolivia, también fue descendiente de una familia mestiza que integró el Ejército del Norte. Fue una gran colaborada de Güemes. Llegó al grado de Teniente Coronel, algo que fue poco usual en estos tiempos, y la dejaron usar uniforme. Fue muy valiente, organizó ejércitos de mujeres y de hombres, la respetaron por toda su estrategia, no la cuestionaron, al contrario, fue una gran líder”.
Magdalena Güemes de Tejeda, hermana de Martín Miguel de Güemes, “es conocida como Macacha Güemes. Va a participar de las guerras de independencia, va a ser una gran colaborada cuando su hermano es Gobernador de Salta y va a manejar la red de espionaje de la zona norte, de todo lo que es Salta y Jujuy. Lo rescato porque las mujeres en el espionaje tuvieron un papel bastante importante. Informaban por distintos medios qué eran lo que hacían los realistas. Esto ayudó que puedan armar los ejércitos patriotas, las distintas estrategias”.
“Otra de las mujeres protagonista de las luchas por la independencia es María Loreto Peón de Farías. Ella, sus sirvientes y sus hijos estuvieron al servicio del Ejército a través del espionaje. Mandaba sus criados a lavar ropa cerca del río Arias y ahí había una planta en cuyo hueco dejaban papeles con instrucciones al Ejército. Y el Ejército dejaba allí pedidos de lo que debían hacer. También llevaban mensajes entre sus ropas, en los dobladillos de sus largas polleras; se trasladaban de ciudad en ciudad dando información. La historia le reconoce su valentía, poner en juego su vida, la de sus criados y sus hijos en esta tarea de espionaje, en pro de la causa nacional”.
Finalmente la Profesora Natalia Graff menciona otra mujer que merece un lugar en la historia: “Pancha Hernández es una mujer cuyana, casada con un Sargento, que fue parte del Ejército Libertador del General San Martín. Fue una de las cuatro mujeres que acompañaron en esta gesta. Las cuatro mujeres fueron esposas, ella fue una y les dejaron utilizar el uniforme militar, y fueron armadas, tanto con sable como con otro armamento. Fue una gran soldado, luchó a la par de su marido en el Ejército”.
“Lo que quiero rescatar es que ellas fueron líderes, pero fueron seguidas por muchas mujeres que participaron en las guerras de la Independencia. Eso es lo importante de rescatarlas. El modelo femenino del siglo XIX muchas veces las tiene como mujeres amas de casa, o mujeres en el convento, recluidas dentro, muy femeninas, sin inmiscuirse en las cuestiones políticas. Así como en la revolución, muchas participaron desde lo político, en este caso, las mujeres del norte, y de cuyo, fueron a la lucha, avanzando por nuestra independencia. Merecen el reconocimiento como heroínas y como patriotas”.