La canción fue armada por el Profesor de Música Alberto Guede. Sumó a los alumnos del establecimiento secundario y extendió la invitación a todos los presentes para interpretar esta cantata que reúne diferentes partes, las más conocidas, de canciones que están –seguramente- en el recuerdo de muchos.
La cantata se formó con pedacitos de canciones muy conocidas de nuestro país. Son esas canciones que remiten a actos escolares del pasado, a aulas con olor a tiza y pizarrón, a sonido de campana llamando al recreo –o poniendo fin al ratito de jugar en el patio-, a maestras dedicadas, a guardapolvos blancos –a fuerza de mucho lavado con tabla de madera y pan de jabón-, a peinado prolijo porque había que estar bien presentables para el acto.
Zamba, carnavalito, cueca cuyana, chamamé, chacarera doble, huayno y hasta el Himno.
Canciones que tienen que ver con la identidad cultural hecha canción.
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Se verá siendo niño, cuando alguna insistente maestra lo obligó a aprender estas canciones. O cuando las escuchó, ya más crecido, en algún festival folklórico. En una u otra ocasión seguro que el pecho se le hinchó de orgullo sintiendo que estos temas hablan de este, nuestro país. |